Muchos casos de violencia en el fútbol son los que hemos presenciado en los últimos días. Este mismo fin de semana ha habido una batalla campal en el estadio del Querétaro, equipo que recibía al Atlas en su feudo para disputar un encuentro de la Liga Mexicana. Beto Valdivia y su mujer, fieles seguidores del conjunto visitante, han querido mostrar públicamente a través de sus redes sociales el calvario vivido.

Las autoridades mexicanas no han hecho oficial la cifra exacta de muertos ni heridos. Valdivia y su mujer fueron ayudados por algunos aficionados del equipo local, dejándoles camisetas con sus colores, para que pudieran salir ilesos del estadio.

"No había querido publicar nada sobre lo acontecido el día de ayer, pero no puedo quedarme callado. Esta foto nos la tomamos 15 minutos antes de la tragedia, celebrábamos parte de nuestro aniversario y justo en ese momento platicábamos que nos tocó 'muy buen lugar'", comienza Valdivia.

"Atrás de las bancas, sin sol y con gente tranquila, le decía a mi esposa: de todos los partidos de visitante que he vivido es en el que he visto a más familias y niños del Atlas. En cuestión de minutos todo cambio, notábamos peleas en diferentes sectores del estadio sin ningún personal de seguridad que se acercara a separarlos. Volteando hacia la barra de gallos veíamos como empezaba a moverse una masa hacia los pasillos al no poder cruzarse por las butacas; en ese momento supe que ya estábamos en alto riesgo", sigue.

"Posterior a eso, aún con el partido jugándose comenzaron a invadir la cancha provocando que jugadores y staff se resguardarán hacia los vestidores; segundos después toda la gente de Atlas que estaba en la zona oriente brincó a la cancha para buscar resguardo bajo el estadio", continúa.

"Por mi mente solo pasaban dos cosas, brincarnos a la cancha o buscar apoyo con la gente de Querétaro. Jamás olvidaré la imagen de ver de frente a todas las personas de Atlas que estaban en la cancha desesperados buscando auxilio, jóvenes, mujeres, niños y adultos mayores", añade.

"Volteando a mi alrededor cada vez veía a menos rojinegros en la zona de butacas, buscaba a alguien que nos auxiliara, mi esposa ya no se podía contener y quería que saliéramos corriendo de ahí. Yo sabía que ya no era seguro nada, pero salir a los pasillos era lo peor", prosigue.

"Comenzamos a subir las escaleras más por la presión de los gritos de la gente que por nuestra voluntad. Afortunadamente antes de salir al pasillo una persona de Querétaro nos frenó y dijo: No salgan! Quítense ya sus playeras! A la par un grupo de personas nos rodearon cubriéndonos", señala.

"En lo que me quitaba mi playera, un chavo de Querétaro desesperado le entregaba su playera a mi esposa para que se la pusiera encima, en mi caso por mi mente pasaba 'da lo mismo salir con o sin playera', mientras mi esposa imploraba porque alguien me diera alguna sudadera", confiesa.

El joven se ha mostrado muy agradecido con todas estas personas: "Un señor de la tercera edad y su hijo se pusieron a nuestro lado y dijo 'nosotros los sacamos' . Pidió a su hijo que me diera la sudadera a pesar que el no quería por el mismo miedo de sentirse en riesgo por ayudarnos. A estas personas solo puedo decirles infinitas GRACIAS".

"Nos salvaron la vida. El camino hacia nuestro coche fue eterno, vimos ya a personas “inconscientes” tiradas en el suelo, las personas que estaban con nosotros nos acercaron hasta un puesto para comprar una playera y ellos pudieran irse hacia su destino", asegura.

"Así continuamos sobre la calle viendo como continuaban estos vándalos/delincuentes golpeando personas inocentes. Por más increíble que parezca a escasos metros de llegar al coche aún seguíamos en peligro justo frente a nosotros venían dos asesinos buscando gente de Atlas con armas indescriptibles,una especie de tubos rodeados con cadenas (imposible que las hayan hecho en ese momento, ya lo tenían preparado); las arrastraban en el pavimento para que rechinaran causando aún más terror", sentencia.

"Solo tomé de la mano a mi esposa y le dije entre labios disimula ya casi llegamos, sin inmutarnos ni agachar la cabeza pasamos a medio metro de ellos, logrando salir ilesos. Pido se haga justicia y paguen todos los involucrados en esta tragedia. Y ruego por las personas que salieron mal heridas y sus familias que hoy están sufriendo, difícil creer que no haya personas muertas", concluye el aficionado del Atlas.