Acusado de siete violaciones, una agresión sexual y un intento de violación, Benjamin Mendy se enfrenta a una pena de entre 5 y 20 años de cárcel, que podría llegar incluso a la cadena perpetua.

Tras escuchar los testimonios de las víctimas en los últimos meses, esta semana ha arrancado en el tribunal de Chester (Gran Bretaña) el turno de Mendy, futbolista francés que quedó apartado del Manchester City tras salir a la luz las gravísimas acusaciones.

El galo ha mantenido en todo momento su inocencia, aunque sí ha reconocido que pudo dañar a alguna de las denunciantes: "Me di cuenta de que podría lastimar a las mujeres, incluso si estuvieran consintiendo".

El lateral se escuda en que todas las relaciones fueron consensuadas: "Fui directo y rápido en preguntarles si querían tener sexo, para evitar conversaciones y citas. Que ambos tuviéramos lo que queríamos".

Preguntado por si en ese momento era consciente del daño que estaba realizando, Mendy lo niega: "No, nunca. En mi vida social, hay muchas cosas que he hecho mal. Pero no he hecho nada malo con las mujeres".

"Estaba loco y no estaba pensando bien", ha añadido en francés, que continuará ofreciendo estos días su visión de los hechos al tribunal de Chester.