Xavi Hernández dijo en la rueda de prensa previa al importantísimo partido del Barça frente al Inter lo siguiente: "La Champions es más complicada porque cualquier detalle te envía fuera. Creo que fue Leo (Messi) el que dijo que no siempre la gana el mejor, y es así. La Liga es más justa". Este martes, tanto Carlo Ancelotti como Dani Carvajal han respondido al técnico culé.

"Yo quería ganar siempre la Champions. La Liga es muy importante, pero la Champions es la más importante del fútbol y ganarla significa mucho. Son dos competiciones distintas, claro. Porque una tiene 38 partidos y otra muchos menos. En la Champions influyen los pequeños detalles y eso no es suerte o mala suerte. Hablar de suerte puede ser para ocultar tus problemas o el mérito del equipo rival", dice Ancelotti.

"Es como si yo digo que ante Osasuna tuvimos mala suerte porque fallamos un penalti, sería ocultar que estuvimos mal en recuperación o que Osasuna jugó muy bien. Los pequeños detalles son también una mentalidad colectiva", añade el técnico italiano.

En cuanto al lateral madridista, tampoco se corta al contestar a Xavi, y asegura que el Madrid no ha tenido suerte ganando la Champions: "Las opiniones son subjetivas. Yo opino que cuando has ganado cinco Champions de las últimas ocho, la suerte queda al margen".

"El fútbol son resultados y gana el que más goles mete y el que menos encaja. En eso hemos sido los mejores. Es complejo hablar de justicia. Son resultados. Nosotros hicimos una gran Liga y una Champions con altibajos, pero siendo los mejores en los momentos clave. Solo se habla de justicia o injusticia cuando el Madrid gana la Champions", señala.

En cuanto así el equipo blanco es favorito para ganar otra vez la Champions esta temporada, el lateral no quiso mojarse, aunque reconoció que el Real Madrid está entre los cuatro o cinco equipos favoritos para ganarla.

"Yo he venido aquí a servir al fútbol"

"Por echar una mano" y otras surrealistas afirmaciones de Pedro Rocha en su declaración por el 'caso Brody'

El candidato único a presidente de la RFEF protagonizó una declaración surrealista de 40 minutos que acabó provocando, junto a su falta de explicaciones a las preguntas del fiscal, su cambio de testigo a imputado.