Sergio Llull. Otra vez Sergio Llull. Otra vez él. Otra vez haciendo algo casi imposible. Otra vez con una canasta ganadora. Sí, ganadora de la Euroliga. Porque el Real Madrid ya tiene la Undécima. Porque el Real Madrid de baloncesto ya tiene la Undécima. Los blancos, los pupilos de Chus Mateo, logran ser campeones de Europa de nuevo gracias a su victoria ante Olympiacos por 78-79.

Sí, campeones. Campeones de Europa. Campeones a lo Real Madrid. Sufriendo. Logrando algo que hace no poco era una quimera. Que, tras el 0-2 contra el Partizán con aquella tangana final, parecía irrealizable. Pero para los blancos no.

Porque remontaron a su rival. Porque, en la Final Four, se impusieron al Barça para acceder a la final ante Olympiacos. Y porque ante los griegos tiraron de remontada.

Casi siempre por debajo...

Era lo que tocaba, porque el primer cuarto terminó 24-17 y con los helenos demostrando un gran acierto. Uno que se disipó en el segundo acto y en el que los blancos despertaron. Lo hicieron gracias a un gran Hezonja para incluso ponerse al mando del duelo. El parcial, de 5-14.

Todo se fue igualado al descanso. Veinte minutos quedaban. En el luminoso, 45-45. Tras el tercer cuarto, Olympiacos por delante. Cuatro arriba, con un 63-59. De ahí no se despegó el Real Madrid. Esperando. Sabedor que sí, que podría haber una oportunidad. Una que finalmente llegó.

Y entonces, el Chacho y Llull

El Chacho se marcó un triple, y la penúltima posesión del partido era para el Real Madrid. Sabían a quién había que dársela, y la bola fue directa a Sergio Llull con doce segundos en el crono. El balear se la jugó. Directo al aro y para dentro. Dos arriba.

Y tres segundos por jugarse. Insuficientes para una acción de ataque de Olympiacos y más que de sobra para que los blancos viesen cómo llegaba una nueva Euroliga. La Undécima Euroliga.