El escolta estadounidense Dion Waiters es otro ejemplo más de una trayectoria en el baloncesto de máximo nivel manchada por algunos polémicos sucesos. Actualmente, Waiters se encuentra en búsqueda activa de equipo y ha hablado en 'Bleacher Report' de cómo ha vivido estos últimos años.

El jugador ha hablado de su ausencia en los terrenos de juego estas últimas dos temporadas: "Honestamente creo que por lo que he pasado estos dos últimos años, al no jugar, me ha hecho mejor persona. También mejor padre. Ahora soy capaz de decirle a mi hijo: ‘Chaval, tu padre no está fuera de la Liga por talento. Fue mi actitud, mi carácter, el no entender que aquello era más importante que yo".

Waiters explicó cómo se gestó su extraña desaparición del baloncesto en 2020 cuando acababa de ganar el anillo con los Lakers: "El primer año todavía estaba encajándolo en mi cabeza. Tenía que haber vuelto más rápido a los entrenamientos para seguir jugando. Pero pasé por mucha mierd*. Depresión, ansiedad..."

El escolta se sinceró sobre su estado de ánimo, llegando a reconocer que pensó en terminar con su vida: "No lo estaba pasando bien. Tuve pensamientos de quitarme de en medio... Hubo días en que me quedaba durmiendo todo el día en la cama. No tenía nada por lo que luchar y no entrenaba. Era una lucha mental".

El que fue el número cuatro del Draft hace ya once años, es consciente de los errores que ha cometido y no ha dudado en pedir disculpas públicamente: "Pido perdón a los que haya tratado de mala manera. Si he humillado a alguien, incluida mi familia, quiero pedir disculpas".

El lado oscuro de la NBA deja otro desgarrador testimonio de un jugador que parecía tenerlo todo cuando despareció completamente del mapa. Ahora, arrepentido, Waiters solo ansía volver : "Todavía puedo jugar. Ahora, además, tengo un propósito".