Es la imagen del encierro y probablemente la de estos Sanfermines: la del pañuelo de un mozo enganchado al cuerno de un toro que lo arrastra aproximadamente 80 metros y aunque cueste creerlo, el corredor se ha salvado de la cornada.

Además, no se trataba de un toro cualquiera: era el turno de los toros de Miura. Son toros nobles pero quizás demasiado veloces, realizaron el encierro más rápido de esta edición: dos minutos y 12 segundos.

La cámara que grabó el impacto quedó destrozada. Imagínense como habrá sufrido el chico que sintió hasta ocho pisotones: "No hay nada como esto, es como ver una bala dirigida hacia ti y tienes que escoger el momento idóneo para correr", asegura un turista que ha asistido a San Fermín.

Porque si no corres, puedes ser pisado por los toros e incluso corneado. Al menos la suerte ha acompañado a dos mozos que han podido evitar la cornada por milímetros.

Aunque otros han sido más previsores subiéndose a un poste. Cualquier truco es bueno para acabar el último encierro sin un rasguño y clausurar así unos Sanfermines con pocos heridos.

"Se puede hablar de relativa tranquilidad, ha habido únicamente dos heridos por hasta de toro en estos encierros", asegura un miembro de la Cruz Roja.

Algo que la Cruz Roja ha celebrado. Terminan así las fiestas en una ciudad que ya espera con ansias el siete de julio de 2019