Año tras año, los turistas que se acercan a disfrutar de San Fermín se convierten en auténticos pamploneses.

Desde que el mítico escritor estadounidense Ernest Hemingway escribiera en sus crónicas periodísticas y en su novela 'The sun also rises' sobre la pasión que le profesaban los sanfermines, la fama de esta tradicional fiesta patronal ha alcazado la categoría de reconocimiento universal.

Cada vez es más frecuente y común encontrarse a miles de turistas que, durante estas fechas festivas, se pasean por las calles de Pamplona disfrutando de los tradicionales detalles que componen San Fermín.

Chinos, rusos, sudamericanos, británicos y otros tantos turistas de distintas nacionalidades disfrutan durante unos días de los encierros, además de otros actos tan tradicionales como el "baile de la alpargata" -aunque en menor medida- y de las salidas nocturnas, gracias a su poder adquisitivo."Salen más de día. Cuando van a actos de noche son un poco más tranquilos", explica Ana Sáinz, guía turística de Destino Navarra.

No todos disfrutan del continuo bullicio en el que se sumerje la ciudad navarra durante estos días. "Me voy aborrecida. Vivo en una calle que está todo el día con el murmullo del ruido de las fiestas", nos cuenta una vecina.

Sin embargo, Pamplona siempre encuentra hueco para aquel que, siendo español o extranjero, quiera disfrutar de una de las fiestas culturales más importantes de España.