En los laterales se acumulan montañas de materiales más pequeños como arena, madera o cristal. Es una obra de la 55ª edición de la bienal de arte de Venecia. La artista, Lara Almarcegui, ha recogido los desechos en la planta de reciclaje de escombros de Venecia.

El suelo del pabellón español ha tenido que ser reforzado para que aguante semejante peso. Son en total seis toneladas de escombros, pero no aleatorios.

Son los mismos que se utilizaron para construir el pabellón de la Bienal de Venecia en 1920: cemento, tejas, ladrillos, pero apilados en montañas de hasta cuatro metros. Para su creadora, Lara Almarcegui, será como visitar el pabellon español deconstruido dentro del pabellón español construido.

"Lara es una artista reconocida internacionalmente y la obra cuesta la mitad que el año pasado", explica Enrique del Río, redacto de 'Hoy es Arte'.

Montarlo ha costado 400.000 euros, en su mayoría aportados por la Agencia Española de Cooperación Internacional. Un precio que hoy algunos medios tachaban de excesivo. Las opiniones son también dispares cuando preguntamos a estudiantes de Bellas Artes.

Pero ésta no es la primera vez que las obras de esta bienal de arte se ven envueltas en polémicas. Hace dos años, una performance en la que un hombre transcribía todo lo que oía en el pabellón español costó unos 800.000 euros.

El veredicto del público lo conoceremos cuando se inaugure el próximo 1 de junio.