La primera vez que aparecieron estas misteriosas caras de arcilla fue hace cuatro años. En ese momento, los cordobeses se quedaron asombrados al ver que a la muralla de la Puerta de Almodóvar tenía unos inquietantes rostros.

En esa ocasión, se inició una búsqueda para encontrar al autor, del que todavía se desconoce su identidad, debido a que podría haber cometido un delito contra el patrimonio. Tiempo después, estos peculiares rostros volvieron a verse junto al Alcázar, en un muro más alejado de la ciudad. En ambas situaciones fueron retiradas.

Por último, el año pasado volvieron a resurgir en la Ribera del Guadalquivir, y en esta ocasión el Ayuntamiento anunció que no tenía intención de retirarlas por no afectar a ningún elemento patrimonial.

Ahora, el autor de estas conocidas caras de arcilla ha vuelto a hacer de las suyas. En esta ocasión ha optado por esculpirlas en la fachada de una propiedad privada. "Será un artista que quiere darse a conocer", confiesa un vecino.

A diferencia de las otras veces, esta vez solo son cuatro rostros de color blanco. "Soy de la opinión de conservarlas", reconoce otra de las personas que han visto cómo han quedado. Una afirmación con la que está de acuerdo otro vecino. "Deberían protegerse y fomentarse".

Lo cierto es que, cuatro años después, sigue sin saberse quién podría estar detrás de su autoría. Esta vez, al estar en una propiedad privada, el Ayuntamiento no tiene competencia, dice, para retirarlas.