Mientras la gente está a punto de disfrutar de su artista favorito, en otro punto de la cantera marbellí se coordinan para que todo salga a la perfección. José Arránz, director de logística de Starlite, asegura que "cada día se mueven a los artistas que actúan, hacer las pruebas de sonido, moverlos por la ciudad...".

Un total de 11 barras, un restaurante y una isla de comida también requieren de una coordinación especial. "En función del artista que tenemos, sabemos qué se consume, qué bebida se va a tirar más ese día", explica Boris García, coordinador de Servicio de Starlite,

Cuando el artista pone fin a su actuación y el público empieza a vaciar el auditorio, arranca otra etapa de trabajo imperceptible para los espectadores pero imprescindible para que todo funcione correctamente. La maquinaria de Starlite está en funcionamiento las 24 horas del día. "Hacemos perímetro, camerinos, oficinas de todo el personal de Starlite...", explican desde la organización.

Así es como durante 46 días se vive en una ciudad efímera siempre al ritmo de la música.