La presencia de la rata negra en la isla Pinzón, de 1.789 hectáreas, provocó la disminución de especies como la paloma de Galápagos, lagartijas y culebras, e incluso, durante años no pudieron nacer en el sector, de forma natural, las tortugas gigantes, pues los roedores se comían sus huevos.
Ante la población "muy alta" de ratas negras que afectaba a especies nativas y endémicas, en diciembre de 2012, tras cinco años de estudios sobre toxicidad, los expertos dispersaron desde un helicóptero, un veneno por toda la isla.
Los estudios previos alertaron de un riesgo medio/alto para el gavilán de Pinzón porque podía comerse las ratas muertas, un inconveniente que solventaron capturando a los 12 que encontraron, para mantenerlos, durante tres años, en la vecina isla Santa Cruz, antes de devolverlos a su hábitat natural.
Hasta amenazas de muerte
El precio de divulgar ciencia: amenazas, insultos y acoso, un problema que afecta especialmente a las mujeres
Un arma de doble filo Aunque muchos científicos logran acercar el conocimiento al público, cerca del 50% enfrentan insultos, amenazas e intimidaciones. Esta problemática afecta aún más a las mujeres, quienes constituyen el 57% de las principales víctimas de acoso en este ámbito.