La última etapa de glaciación de la Tierra comenzó hace 120.000 años. La meseta Suiza se cubrió con la extensión de los glaciares de los Alpes. El proceso creó nuevos valles, donde las rocas encontraban paso para acabar depositándose como morrenas, y finalmente formando cordilleras como las colinas verdes de los Alpes.

Julien Seguinot, del 'Laboratorio de Hidráulica, Hidrología y Glaciología de ETH' Zurich, publicó en 'La criosfera' la simulación, junto a otros científicos, del proceso de expansión de glaciares en los Alpes durante los últimos 120.000 años. Desde 300 años atrás, los investigadores que han estudiado el proceso han dejado dudas sin resolver; por ejemplo, cómo se ha producido la expansión de los glaciares, a qué velocidad o qué espesor tenía el hielo.

En la simulación utilizaron datos de la topografía inicial de los Alpes, los glaciares las propiedades de las rocas y lo volcaron en el modelo 'Parallel Ice Sheet Model' (PISM).

Además, combinaron registros climáticos actuales y los datos deducidos de sedimentos paleolíticos sobre el flujo de calor desde el interior de la tierra. Utilizaron tres conjuntos de datos paleoclimáticos y dedujeron cuál era el correcto al comparar los resultados con las evidencias geológicas actuales de la zona. Según el estudio, el hielo podría haber alcanzado en el Valle superior del Ródano, en Francia, 800 metros de grosor por encima de los que se estimaban.

Los geólogos pensaban que podrían haberse dado alrededor de cuatro glaciaciones. Sin embargo, el resultado de la simulación indica que los glaciares han cambiado de extensión, avanzando y retrocediendo, más de diez veces desde hace 120.000 años.

Los glaciares llegaron hace 25.000 años a las ciudades suizas de Zurich y Berna e, incluso, alcanzaron Munich, en Alemania. Posteriormente intervalos climáticos crearon el actual periodo interglaciar y la gran masa de hielo se separó.

Los investigadores tratan los resultados con cautela debido a la simplificación de los datos climatológicos y de los procesos glaciares. Seguinot ha afirmado que "Al usar modelos de glaciares como PISM en supercomputadoras como Piz Daint, podemos reconstruir la historia de la glaciación con un nivel de detalle sin precedentes" aunque advierte de que la validación científica de los procesos requiere la recopilación de más datos.