Está demostrado que tomar el sol nos sube el ánimo, nos activa, en definitiva, nos hace sentir mejor. De hecho, la exposición solar -siempre que sea controlada- tiene importantes beneficios sobre nuestra salud: control de la presión arterial, regulación de la melatonina (la hormona del sueño), metabolismo del colesterol…

Aunque, sin duda, uno de los efectos positivos más conocidos de la radiación solar para el organismo es la obtención de vitamina D, imprescindible para nuestra salud ya que, entre otras cosas, contribuye al mantenimiento de un desarrollo óseo correcto (esencial para combatir la osteoporosis, por ejemplo).

“Más recientemente se ha reportado su función reguladora para el sistema inmunológico incluyendo modulación de la inflamación y prevención de diversos cánceres”, señala el doctor Salvador González, asesor de los servicios de Dermatología del Hospital Ramón y Cajal (Madrid) y del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York (EEUU).

Pero, ¿cómo podemos mantener un buen nivel de vitamina D durante estos días sin apenas salir de casa?

Se ha descrito que para cubrir las necesidades de esta vitamina sería suficiente con exponer a la luz solar las partes del cuerpo habitualmente descubiertas (manos, tobillos, cuello…) durante diez minutos entre dos y tres veces a la semana.

Sin embargo, el doctor Salvador González advierte que la exposición solar se ve alterada por muchos factores y es insuficiente para mantener unos niveles adecuados de Vitamina D en el organismo: “Así pues, tanto en el confinamiento, como antes y después del mismo, es recomendable y necesario recurrir a las otras dos fuentes de vitamina D: los suplementos nutricionales y la dieta”, afirma el experto.

Respecto a nuestra dieta, los principales alimentos que nos aportan vitamina D son la leche y derivados lácteos, los huevos y los pescados grasos (salmón, atún, sardinas, caballa, arenques…), mientras que respecto a los suplementos, Heliocare Ultra D es rico en vitaminas D, C y E, y “según estudios publicados recientemente, la vitamina D obtenida mediante ingesta es funcionalmente idéntica a la producida a partir de la exposición solar”, subraya el doctor.

Cómo reforzar la piel tras el confinamiento

Tras muchas semanas sin apenas salir a la calle y sin mucha exposición solar, es necesario reforzar el escudo de defensa de la piel para no sufrir daños colaterales.

“Aunque te broncees con facilidad, las primeras exposiciones al sol pueden ser muy agresivas para tu piel. Por eso, es recomendable usar protectores solares con fórmulas ‘clean’ que no irriten la piel, sensibilizada por la cuarentena, ya que el confinamiento seguramente habrá elevado los niveles de estrés y, con ello, del cortisol, hormona que provoca alteraciones cutáneas y la sensibiliza”, explica Gisela Bosque, Makeup Artist de Sephora.

Reparación nocturna eficaz y sin irritar

El descanso es el momento ideal para estimular los procesos de regeneración cutáneos. Gisela Bosque recomienda “productos con bakuchiol, la alternativa vegetal al retinol. Este activo ni es fotosensibilizante ni irrita. Sin embargo, sí estimula los fibroblastos y mejora el tono cutáneo, siendo un activo antiedad de eficacia demostrada”.

El confinamiento también afecta a tu cabello

El ciclo capilar se ve también alterado por la ausencia de luz natural, y la llegada de la primavera, con sus días cada vez más largos, empeora la situación. La explicación, según Adolfo Remartínez, fundador de Nuggela &Sulé, hay que buscarla en los fotosensores que tenemos en los ojos: “Estos perciben más luz y envían una señal al organismo para que inicie un cambio en el crecimiento del cabello. Al detectar que entramos en una época de mayor radiación solar, el cabello nace con mayor densidad y volumen. No podemos olvidar que para nuestro organismo, el cabello no tiene una función estética. Entre sus obligaciones biológicas destacan, por ejemplo, la de protegernos del frío en invierno, ejercer de radiador térmico en verano o por supuesto, proteger al cuero cabelludo de la radiación solar".

Sin embargo, el largo estado de confinamiento está provocando que esta función natural se vea afectada. La debilidad capilar acumulada durante el invierno se hace más patente, y este hecho, sumado al estrés por la situación actual, está provocando una mayor caída del cabello.

Para evitar que esto ocurra, Adolfo Remartínez recomienda seguir estas pautas:

  • 1 Abrir las ventanas de casa el máximo tiempo posible para permitir que entre la mayor luz natural.
  • 2 Si estamos teletrabajando, hay que intentar hacerlo siempre al lado de una ventana con luz natural.
  • 3 No hay que cerrar las ventanas ni para dormir la siesta. Que sea también con las ventanas bien abiertas.
  • 4 Intentar que los ratos de ocio con el móvil, la lectura o escuchando música transcurran siempre al lado de la ventana.
  • 5 Si es posible, tomar el sol directamente en el rostro algún rato al día.