Cuenta atrás para el despegue del Apolo 11, de un 16 de julio hace 50 años; pero eso de contar hasta cero no es cosa de la ciencia, sino que lo inventó el cine.

"Las cuentas atrás no son de la NASA, aparecen por primera vez en 'La mujer en la Luna'. Al ser una película muda, Frilanz no quería poner a los astronautas con escafandras porque decía 'es que no van a trasmitir, no se va a ver nada de emoción si les pongo la escafandra' y el asesor científico decía que en la atmósfera no se puede respirar", explica Eva Villaver, astrofísica.

Porque el cine fue el primero en llegar allá arriba. El capitán Meliés embarcó a una expedición de científicos, sin escafandras ni trajes espaciales, cuando ni siquiera existía la televisión o el hombre había pilotado una aeronave.

"Desde siempre tenemos una relación con nuestro satélite. A veces con más acierto, a veces con menos, pero cine y ciencia pueden ir de la mano para cercar la ciencia a los espectadores", comenta Álex Riveiro, divulgador científico de Astrobitacora.com

Meliés no fue el único, y Kubrick se le volvió a adelantar a la NASA. De nuevo el cine llegaba antes, pero no siempre obedeció las reglas de la física.

"En cuanto veo el primer fallo digo 'uy, no'", dice Carlos González, técnico de la estación espacial de Fresnedilla, sobre estas películas.

"Vemos en películas que nos cuentan cosas que no tienen nada que ver con nuestra época, señales que en realidad sí se grabaron en nuestra época", explica Riveiro.

"Para no perder esa tensión dramática se olvidan de reflejar la física", argumenta Villaver.

Pero, para tensión la que vivió la tripulación del Apolo 13. La famosa frase "Houston, tenemos un problema" quedó para la historia, aunque en realidad tampoco se dijo así.

El último en alunizar fue el astronauta Gosling en el 'biopic' de Neil Armstrong. La última misión en la gran pantalla de todas las que se lanzaron desde Hollywood en lugar de Cabo Cañaveral y que hicieron soñar a los espectadores con adelantarse al futuro y viajar más allá.