MÁS TECNOLOGÍA E HIBRIDACIÓN
Test a fondo Audi Q5 40 Tfsi Sportback: toda construcción, por alta que sea, comienza desde abajo
Hemos probado la tercera generación del Audi Q5. La más tecnológica de todas, construida sobre la Plataforma Premium de combustión, desarrollada junto a Porsche.

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2008 fue el año de la irrupción de una nueva apuesta para moverse por entornos urbanos y otros terrenos. Ágil, descarado y también se atrevía a salir de la ciudad. El Audi Q5 había llegado para sumarse a la imparable moda “SUV”.
Así, el Audi Q5 se convirtió en el SUV más exitoso de Audi. Y desde enteonces ha estado siempre muy arriba en cualquier comparativa de su categoría. Hemos probado su tercera generación. La más tecnológica de todas, construida sobre la Plataforma Premium de combustión, desarrollada junto a Porsche.

Un ejemplo de esa búsqueda constante de perfección. Un diseño con sello español, firmado por Juan Carlos Huerta, valenciano y responsable de diseño, con un nivel de detalle comparable al de un coche de competición. Así es el nuevo Audi Q5 motivo de nuestra prueba.
De aspecto robusto, con faros estilizados y parrilla Singleframe ancha, tiene una gran toma de aire debajo, y una trasera con difusor integrado que no pasa desapercibida.

Visto desde atrás, una banda de luz recorre todo el ancho del coche. Los pilotos traseros digitales OLED y los seis paneles digitales, con un total de 266 segmentos. Un algoritmo genera una imagen nueva varias veces por segundo. No solo iluminan, también comunican: alertan con señales visuales a los vehículos que vienen detrás.
En marcha busca optimizar la aerodinámica. Los bajos carenados utilizan cortinas de aire para dirigir el aire más allá del paso de rueda, para que fluya con las menores turbulencias. La luna del parabrisas tiene un acristalamiento acústico que facilita el silencio interior.

Y por supuesto, conexión total: el interior es un entorno digital, con pantallas curvas, Audi Virtual Cockpit, sistema multimedia con IA, y la posibilidad de instalar una pantalla frontal para el copiloto con función de privacidad.
En cuanto al espacio para pasajeros, detrás, pueden viajar tres personas tranquilamente. Además, el asiento se desplaza longitudinalmente y se inclina.

El Q5 lega con motores diésel y gasolina, con la tecnología Mild Hybrid plus. Y con una transmisión de doble embrague con siete velocidades. Hemos probado el 2.0 Tfsi de 204 caballos, tracción Quattro y algo más de 7 litros a los 100 de consumo medio oficial, que no real.

La tecnología Mild Hybrid plus tiene un sistema eléctrico de 48 voltios, que ayuda al motor de combustión, para que las maniobras y el aparcamiento sean puramente eléctricos. También, ayuda a reducir el consumo de combustible. Se le conoce como Powertrain Generator. Y al decelerar, devuelve hasta 25 kilowatios a la batería.
Es un proceso casi culinario: mezclar lo mejor de cada componente, destilar tecnología, lograr una mezcla equilibrada entre rendimiento y sostenibilidad.

La gama de motores ofrece una opción para cada conductor: gasolina, diésel, versiones TDI y TFSI (unidad de prueba), desde 204 hasta 367 CV, este último con un poderoso V6 del SQ5. Todos con etiqueta ECO de la DGT, transmisión automática de doble embrague y siete velocidades.
¿Necesitas espacio? El maletero, con apertura eléctrica y altura ajustable, ofrece hasta 520 litros (515 en el Sportback de la prueba) , y 1.473 ( 1.415) litros con los asientos traseros abatidos.

La dirección es progresiva: se adapta a la velocidad para facilitar maniobras o garantizar precisión en carretera. Una experiencia pensada al detalle, donde la tecnología se filtra hasta lo esencial, hasta volverse invisible pero imprescindible.
Opcionalmente, puede equipar suspensión neumática adaptativa, que permite regular la altura según el terreno. De serie, la suspensión con muelles de acero y amortiguación selectiva se adapta a los baches, ofreciendo confort sin renunciar al control.

Prueba del Audi Q5 y SQ5: Deportividad y modernidad en un SUV "de toda la vida"

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