DISEÑOS QUE NO ENTRAN POR LOS OJOS

Lo ves y no dice nada, pero por dentro tiene detalles de premium

Hay coches que pasan desapercibidos incluso cuando están justo delante. Parecen uno más del montón, sin aristas, sin riesgos, y, sin embargo, cuando te acercas, abres la puerta y te sientas, descubres otra historia. Una que no esperabas.

Opel Signum

Opel SignumOpel

  • [[LINK:INTERNO|||Article|||683adcd4f80fca000706196a|||La obsesión por los SUV hace que se nos pasen por alto coches como este Škoda]]

Publicidad

Hay modelos que, sin buscarlo, se mimetizan con el paisaje urbano, que no levantan pasiones en la calle ni llenan galerías de Instagram.

Hay coches como el Opel Signum, el Peugeot 607 o el Renault Vel Satis nunca ganaron un concurso de belleza, y tampoco lo intentaron. Algunos los acusaban de ser aburridos, de tener líneas sin alma o proporciones raras. Pero por dentro eran otra cosa: Sus interiores estaban cuidados al detalle, con materiales de calidad, equipamientos poco comunes para su época y un enfoque más premium de lo que su precio dejaba intuir.

El Renault Vel Satis, por ejemplo, tenía una de las cabinas más cómodas y espaciosas de su segmento. El Signum ofrecía soluciones tan prácticas como refinadas, y el 607 podía competir en confort con berlinas alemanas mucho más caras. No conquistaron al gran público, pero quienes los tuvieron saben que por dentro eran mucho más coche de lo que su exterior decía.

Un lujo que no intenta destacar

El caso más reciente y evidente es el del Skoda Superb. Su nombre puede sonar exagerado, pero su interior hace honor a él. Es un coche que no presume por fuera. Sus líneas son limpias, su silueta discreta, su frontal contenido. Pero basta sentarse dentro para entenderlo: materiales bien escogidos, soluciones de confort propias de un coche mucho más caro, y un espacio digno de una primera clase.

Skoda ha entendido que no todo el mundo quiere un coche que destaque. Algunos prefieren que el lujo se note al cerrar la puerta, al ajustar el asiento, al circular en silencio. No es solo cuestión de acabados o pantallas; es una sensación general de calidad y atención al detalle. En eso, el Superb juega en una liga propia dentro de su rango de precio, y lo hace sin aspavientos.

Este tipo de coches, los que cuidan el interior sin buscar brillar por fuera, responden a una idea más madura del automóvil. No buscan que te hagan fotos en los semáforos, sino que disfrutes cada kilómetro, y si bien no siempre son reconocidos por ello, lo cierto es que ofrecen más de lo que prometen a primera vista. A veces, lo mejor está justo donde no lo ves.

Renault Vel Satis
Renault Vel Satis | Renault

¿Diseño plano o discreción con propósito?

Hay quien lo llama diseño “plano”. Pero también se puede ver como una apuesta por la sobriedad, incluso por la elegancia silenciosa. El Volkswagen Phaeton fue quizá el ejemplo más extremo: una berlina de lujo construida con mimo, repleta de tecnología, y con un interior que podía competir con un Audi A8 o un Mercedes Clase S, y sin embargo, desde fuera, parecía casi un Passat más.

El Peugeot 607, por su parte, era el buque insignia de la marca francesa a principios de los 2000. Nunca fue popular entre los jóvenes ni marcó tendencia, pero su habitáculo tenía ese punto burgués que buscaba un cliente que valoraba el confort por encima del postureo. Como si llevar traje sin corbata también pudiera ser elegante. Y lo era.

Hoy, en un mundo lleno de coches con diseño agresivo, pantallas gigantes y mucho artificio, sigue habiendo un hueco para estos modelos. Puede que no digan nada cuando los miras por fuera, pero cuando los conduces, te dicen mucho más que otros. Porque hay coches que no necesitan presumir de ser premium: lo son donde importa.

Antena 3» Noticias Motor

Publicidad