EL CAMBIO DE PARADIGMA

Duster, MG, JAECOO: ¿Por qué los SUV baratos ya no son lo que eran?

Hubo un tiempo en el que un SUV barato era sinónimo de coche honesto. Sencillo, robusto, sin florituras. El cliente sabía lo que compraba: un vehículo algo tosco, pero fiable y práctico. En esa liga jugaban el Dacia Duster, el Suzuki Vitara o el primer Kia Sportage, modelos con más voluntad que refinamiento.

Suzuki Vitara

Suzuki Vitara Suzuki

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Hubo un tiempo en el que un SUV barato era sinónimo de coche honesto. Sencillo, robusto, sin florituras. El cliente sabía lo que compraba: un vehículo algo tosco, pero fiable y práctico. En esa liga jugaban el Dacia Duster, el Suzuki Vitara o el primer Kia Sportage, modelos con más voluntad que refinamiento.

Pero 2025 ya no es 2010, y ahora lo barato viene envuelto en luces LED, cuero sintético y pantallas táctiles de medio metro. ¿Mejor? ¿Peor? Depende. Lo que está claro es que los SUV accesibles han cambiado de traje.

Ahora compiten más en diseño que en fiabilidad, y eso tiene consecuencias. La pregunta del millón es si realmente estamos ante una evolución o simplemente ante un maquillaje que esconde las mismas carencias de siempre.

Tecnología de saldo

La llegada de marcas como MG, OMODA, JAECOO o DR ha agitado el corral de los SUV baratos. El MG ZS, por ejemplo, ofrece una estética resultona, una pantalla de 10 pulgadas, asistente de carril, cámara 360 y siete años de garantía por menos de 18.000 €. ¿Dónde está el truco?

Pues como siempre: en algún lado hay recortes. Porque sí, el diseño entra por los ojos y el precio por la cartera, pero cuando empiezas a exigirle al coche, afloran las costuras. Materiales justitos, suspensiones blandas, motores perezosos y una fiabilidad a largo plazo que aún está por ver, al menos en las marcas más nuevas.

La estrategia es evidente: impresionar en la primera cita, pero la convivencia diaria puede revelar compromisos incómodos. Es el eterno dilema entre cantidad de equipamiento y calidad del conjunto.

Dacia Duster 2024
Dacia Duster 2024 | Dacia

El espejismo de lo premium

La jugada de OMODA o JAECOO es clara: parecer premium sin serlo. Faros afilados, pantallas curvas, cuero sintético por doquier y nombres sacados de una película de ciencia ficción. El resultado en fotos es potente, pero cuando te subes, las apariencias empiezan a resquebrajarse: ajustes mejorables, ergonomía discutible y un tacto general que no engaña a quien ya ha probado un coche coreano o japonés.

Ojo, no decimos que sean malos. Pero están a un paso (o dos) de distancia en refinamiento dinámico, calidad percibida y servicio postventa frente a marcas como Hyundai, Kia o incluso Renault. El marketing puede crear expectativas, pero la realidad se impone con el uso diario.

Es como comprarse un traje que parece caro en el escaparate, pero al llevarlo puesto notas que la costura no es la misma. Funciona, pero la diferencia se nota.

Duster: el irreductible

En medio de este maremágnum de marketing y pantallas, el Dacia Duster sigue a lo suyo. La tercera generación (estrenada en 2024) ha mejorado en diseño, pero mantiene su receta de coche honesto: buen maletero, versiones 4x4, motores robustos y un precio que arranca por debajo de los 19.000 €.

No llama la atención, pero cumple, y eso es mucho decir en este segmento, porque mientras otros quieren seducirte con luces y gadgets, el Duster todavía se atreve a pisar caminos de tierra sin pestañear. Es el veterano que sabe que la función prima sobre la forma.

Su propuesta es casi filosófica porque mientras los demás se centran en aparentar, el Duster prefiere ser. Curiosamente, esa honestidad resulta más atractiva que todas las pantallas curvas del mundo.

JAECOO 7 SHS
JAECOO 7 SHS | JAECOO

¿Entonces, merece la pena un SUV barato?

Pues depende de lo que busques. Si te importa más el aspecto que la durabilidad, o quieres un coche resultón para ciudad sin mirar más allá de los tres años de garantía, un MG ZS o un JAECOO J7 pueden ser una opción perfectamente válida. Están bien equipados, se conducen fácil y cumplen su función.

Pero si priorizas fiabilidad contrastada, mejor dinámica de conducción, servicio postventa consolidado y un valor de reventa decente, quizás te compense estirarte un poco y mirar hacia un Hyundai Kona, un Kia Stonic/Sportage o un Renault Captur. La diferencia de precio inicial puede compensarse con menores costes a largo plazo.

Al final, es una cuestión de prioridades personales y de cómo uses el coche. No todos necesitamos la misma receta, pero sí conviene conocer los ingredientes antes de elegir el plato.

Conclusión: ni tan chollo, ni tan timo

Los SUV baratos ya no son lo que eran. Han ganado en diseño y tecnología, pero han perdido parte de esa sinceridad que los hacía atractivos. No es necesariamente malo, pero sí distinto. Hoy, lo asequible juega a ser premium, y eso conlleva riesgos: expectativas altas y resultados variables.

Así que si estás pensando en comprarte uno, hazte esta pregunta: ¿quieres algo que parezca mucho por poco, o algo que sea mucho por algo más? La respuesta definirá tu experiencia de compra y, sobre todo, tu satisfacción a largo plazo.

Una pantalla grande no hace un buen coche, igual que un mono no hace a un buen mecánico, y esto se aplica a todas las apariencias.

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