ES EL PRINCIPAL PROBLEMA

El problema detrás de las baterías eléctricas es que aún no saben exactamente por qué entran en combustión

Por mucho que avancen los eléctricos, la seguridad de sus baterías sigue siendo una asignatura pendiente. No es que se incendien más o menos, es la violencia con que lo hacen.

Cargador coche eléctrico

Cargador coche eléctricoEuropa Press

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Lo del incendio de Alcorcón del 2 de abril de 2025 ha sido una desgracia gorda de las que te hacen pensar que, vale, nos pintan los eléctricos como el futuro de la automoción, pero ¿qué hacemos con esas baterías que de repente se prenden fuego a lo bestia? Porque ahí está el tema: ni los ingenieros más espabilados tienen del todo claro por qué se lían a arder de la manera en que lo hacen.

Las baterías de litio son las protagonistas del coche eléctrico, y son también el problema más complicado por ahora. Cuando se desmadran, entra en juego el famoso "thermal runaway", o sea, una celda se calienta, revienta, suelta gases y prende a las demás como si fueran cerillas en fila. En dos minutos te monta un fuego que no hay quien lo apague. Lo gordo es que nadie pilla del todo qué las lleva a ese extremo. ¿Un cortocircuito? ¿Un fallo de fábrica? ¿Un golpe que no ves venir? Es un misterio que cambia en cada coche como si fuese la combinación de una tragaperras de bar.

Un lío que no hay por dónde agarrarlo

No es que los coches eléctricos sean trampas mortales, porque de hecho, los números dicen que arden menos que los de gasolina. Lo que sucede es que mientras que un coche normal arde y punto, una batería te monta un drama que dura horas. Las marcas han metido ya sensores, sistemas de refrigeración, blindajes que parecen de película… y aun así, a veces se les escapa.

Lo curioso es que cada loco tiene su teoría. Algunos dicen que el litio es muy suyo y con nada se pone a dar guerra; otros culpan a las fábricas, que a veces envían baterías con más fallos que un coche de desguace (sucedió con una remesa de LG hace un tiempo). Hay quien apunta a los cargadores rápidos, porque por guay que suene lo de un 80% de carga en 20 minutos, también meten más caña a la batería.

La ciencia, todavía en pañales

Coche eléctrico
Coche eléctrico | EP

Tampoco es que todo sea un desastre, ojo. Han sacado cosas decentes: baterías con química más tranquila, diseños que aíslan mejor… sin embargo, todo esto son parches, no la solución. Saben que el "thermal runaway" arranca con un fallo (calor, un corto, lo que sea), pero el "por qué" exacto se les escapa aún. Es como si tu coche hace un ruido raro y el mecánico te suelta un "ni idea, será un fallo de lo que sea".

También está el factor humano, claro. Porque a veces no es la batería, sino el que la usa o la hace. Un golpe mal dado, un mantenimiento cutre o una chapuza en la línea de montaje pueden ser el detonante. Pero como no hay una causa clara, cada incendio es un caso aparte, así que por ahora solamente queda cruzar los dedos.

Sigue siendo urgente una solución

Los eléctricos son parte del futuro, eso está más claro que el agua de las mangueras, pero si queremos que dejen de salir en las noticias por este tipo de fallas improvisadas, hay que ponerse las pilas (nunca mejor dicho). Ya han aparecido inventazos como el Fireman Access de Renault para hacer que apagar estos fuegos sea más fácil, pero se suele decir con razón que prevenir es curar, y hasta que no sepamos por qué estas baterías se queman tan a lo bestia, vamos a seguir con el corazón en un puño.

Estamos en 2025, los coches eléctricos son la leche comparados con los de hace solamente 20 años, pero tienen ese punto imprevisible que te hace mirar el cargador con respeto. El día que alguien descifre este marrón, será para celebrarlo por todo lo alto. Hasta entonces, no hay que temer al eléctrico, pero sí ser previsores.

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