NO, EL ACEITE DE OLIVA NO SIRVE

El error al cambiar el aceite (incluso en el taller) que te puede costar 900 €

Muchos talleres meten la pata por prisas o por ahorrar unos euros, y ese error te puede salir por 900 pavos o más.

Cambiar aceite del motor lubricante mitos

Cambiar aceite del motor lubricante mitos Agencia

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Vas al taller, pides un cambio de aceite, te dan la factura y listo. Pero, ojo, que incluso ahí te puedes llevar un susto gordo si no eligen el aceite que toca. No es solo cosa tuya; muchos talleres meten la pata por prisas o por ahorrar unos euros, y ese error te puede salir por 900 pavos o más si la cosa se tuerce. ¿Cómo? Porque usar un aceite que no va con tu motor es como darle comida basura a un atleta: al principio parece que aguanta, pero luego se viene abajo.

El aceite no es un “todo vale”. Cada coche necesita un tipo concreto, con unas especificaciones que marca el fabricante (viscosidad, normas como ACEA o API, etc.), y si le meten uno que no cumple, el motor sufre. Puede ser un sintético barato que no lubrica bien, uno con el grado equivocado o incluso uno que no aguanta las temperaturas de tu coche. El resultado: desgaste prematuro, averías chungas y, en el peor caso, un motor gripado que te deje tieso y con una factura de infarto. Todo por no fijarte en un detalle que parece poca cosa.

Por qué pasa

El motor es una máquina fina que consiste en pistones, bielas y demás componentes moviéndose a toda leche, y el aceite es lo que evita que se rocen y se fundan. Si le pones uno que no es, la lubricación fallará, las piezas se comerán entre sí y la temperatura se disparará. Hay talleres que te cuelan un 10W-40 genérico cuando tu coche pide un 5W-30 específico, o te meten un aceite que no cumple las normas del fabricante. Tú no lo notarás al salir, pero con los kilómetros, el motor empezará a quejarse y habrán ruidos raros, pérdida de potencia o un humo que no te molará nada.

Si la cosa se pone fea, te tocará cambiar piezas como el turbo (si lo lleva) porque es el más sensible o, peor, el motor entero. Todo empieza con ese cambio de aceite mal hecho, que parecía rutinario pero acaba siendo una ruina. Tampoco te creas que por ir al taller oficial estás a salvo: hasta ahí pueden meter un aceite que no es el ideal si no estás atento o si pillan un lote barato que no da la talla.

Cómo no caer en la trampa

Imagen de un taller de coches
Imagen de un taller de coches | Atresmedia

La clave está en saber qué necesita tu coche y no dejarlo todo en manos del taller. Mira el manual: ahí te dice el tipo exacto (por ejemplo, 5W-30 ACEA A3/B4 o lo que sea). Cuando vayas a cambiar el aceite, pregunta qué van a usar y asegúrate de que cumple esas especificaciones. No te fíes de un “esto vale para todo” ni de marcas raras que no conoces; pide una factura donde quede claro qué han puesto. Si te dicen que “es lo mismo pero más barato”, desconfía: no siempre es lo mismo, y tu motor lo pagará.

Si lo haces tú, compra el aceite en un sitio decente y no escatimes: un litro bueno cuesta 10-15 euros, y por 50 euros tienes el cambio casero con filtro incluido. Es mejor gastar un poco más que jugártela con algo dudoso tipo marca de supermercado.

El precio de no acertar

Un aceite malo no te avisará con una lucecita: irá haciendo daño poco a poco. Primero notarás que el coche no tira igual, luego vendrá un zumbido feo o un humo extraño. Si el turbo se gripa o el motor se queda seco, te pedirán 900 euros mínimo, y eso siendo optimistas. En un taller medio, cambiar un turbo con piezas y horas de curro se va fácil a esa cifra, y si hay que abrir el motor, súmale más ceros, hasta 5.000 €. Es un palo que empieza con algo tan simple como un bidón equivocado.

Pasa más de lo que parece, sobre todo en sitios que van a lo rápido o con mecánicos que no se molestan en mirar el manual (o porque no les dan tiempo). El aceite es la sangre del motor; si no es el bueno, lo manda a la tumba.

Un truco para estar tranquilo

Antes de ir al taller, apunta en el móvil qué aceite toca y compruébalo con lo que te dicen. Si no te fías, pide que te enseñen el envase o haz foto a la factura. Y si lo cambias tú, guarda el bote viejo para no liarte la próxima vez. Lleva un control de los kilómetros: cada 10.000-15.000 (o lo que diga tu coche), cámbialo con el filtro y usa siempre lo que pide el fabricante. Es un gesto de nada que te ahorra un disgusto de tres cifras.

Total, que elegir mal el aceite, incluso en el taller, te puede costar 900 euros o más si la cagas. Asegúrate de que ponen el correcto y no te fíes de los aceites milagrosos que valen para todos los coches, porque no existen. Que no te pase como a tantos, que se dan cuenta cuando el coche empieza a toser y el mecánico les saca el talonario.

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