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Una alerta a la que conviene prestar atención

¿Puedo continuar mi viaje si se me enciende el testigo del aceite en el coche?

Una avería fortuita puede arruinarnos las vacaciones, pero si sabemos como reaccionar podemos evitar males mayores si somos capaces de atajar la situación.

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La época estival es más que propicia para llevar a cabo desplazamientos más largos de lo normal, utilizar el coche de manera más intensa y, en definitiva, usarlo como herramienta para disfrutar de nuestras vacaciones. Sin embargo, conviene tener en cuenta que ese uso intensivo puede suponer también un problema para nuestro coche en caso de que éste no se encuentre en perfectas condiciones técnicas.

No es ninguna novedad que el aceite es uno de esos productos que nuestro motor necesita para que su funcionamiento sea correcto, ya que la falta o mal estado del mismo puede desembocar en una avería muy seria que, dependiendo de la edad, del kilometraje y del estado general del coche, puede terminar con éste en el desguace. Por eso en caso de una avería sobrevenida conviene saber cómo reaccionar rápidamente, ya que una toma de decisiones correcta puede marcar la diferencia entre un susto y una avería catastrófica.

Testigo de aceite en mi coche: cómo reaccionar

Si se enciende el testigo del aceite en nuestro coche debemos saber reaccionar y, sobre todo, hacerlo de manera rápida. Conviene diferenciar entre el testigo de aceite de color amarillo y el de color rojo, dos colores que nos indican problemas diferentes:

  • Testigo de color amarillo: el testigo de aceite iluminado en color amarillo indica una avería o problema que requiere nuestra atención rápida, pero no inmediata. Los casos más frecuentes que activan este aviso son la falta de aceite (nivel de aceite bajo) o el fallo del sensor que controla el nivel del aceite. En ambos casos deberemos parar cuando sea posible (no tiene que ser de manera inmediata en medio de la carretera) y comprobar el nivel del aceite. Si todo parece estar correcto, podremos continuar el viaje.
  • Testigo de color rojo: en este caso las cosas se ponen serias: si durante nuestro viaje se enciende el testigo de color rojo y este parpadea o se queda fijo, debemos detenernos de manera imperante y apagar el motor a la mayor brevedad. Si no tenemos a la vista una zona segura en la que detener el coche en los próximos cientos de metros, no tendremos más remedio que detenernos en el arcén. Es muy importante apagar el motor en cuanto detengamos el coche para evitar provocar más daños al propulsor. En este caso el problema puede ser la falta de presión de aceite, por lo que deberemos llamar a la grúa y mandar el coche al taller.

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