Los drones de la Dirección General de Tráfico (DGT) comenzarán a denunciar a los conductores que infrinjan la normativa de tráfico y seguridad vial a partir de este jueves 1 de agosto. Lo harán con motivo del inicio de la segunda fase de la Operación Salida del verano, que arranca este miércoles 31 de julio, para la que se prevén 2,9 millones de desplazamientos por carretera.

Para aumentar el control de las carreteras, la DGT cuenta con 12 helicópteros y 11 drones, 3 de ellos certificados por el Centro Español de Metrología (CEM), que son los que van a comenzar a denunciar. Los 8 restantes seguirán utilizándose para la regulación y gestión del tráfico. Además, está en proceso de licitación la adquisición de otras 20 unidades que una vez suministradas y certificadas se incorporarán a las labores de vigilancia y control del tráfico. Como ya anunció el director general de tráfico, Pere Navarro, el organismo está dotándose de estas aeronaves pilotadas por control remoto para realizar misiones de vigilancia y regulación aérea del tráfico.

Según informa la DGT, los drones están destinados con prioridad a la vigilancia del tráfico en aquellos tramos donde el riesgo de accidentabilidad es mayor, en las carreteras donde hay un mayor tránsito de usuarios vulnerables, en particular de ciclistas, motociclistas y peatones, y a la supervisión de distracciones durante la conducción.

También se utilizan para la monitorización y apoyo a la regulación en operaciones y eventos especiales en los que se concentra un elevado número de movimientos en carretera; a misiones ordinarias de regulación complementarias a las desarrolladas por los helicópteros; y a apoyar en situaciones de emergencia que por su gravedad afecten de manera notable a la circulación y seguridad de los usuarios de la vía.

Para los meses de julio y agosto de este 2019, la DGT ha aumentado los recursos destinados para velar por la seguridad de los conductores. Así, un total de 9.100 efectivos de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (ATGC) controlarán las carreteras, 300 más que en 2018, quienes priorizarán la vigilancia en las vías convencionales, donde se produjeron la mayor parte de los accidentes mortales (76%) en julio y agosto de 2018.

Además, desde el 1 de julio han comenzado a operar 20 nuevos radares, que se sumarán a las tareas de vigilancia de los ya existentes. También se incrementarán los controles preventivos de alcoholemia, hasta alcanzar los 900.000, cifra a la que habría que sumar las pruebas realizadas por las policías locales y autonómicas.