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Adiós a la libre circulación para coches Etiqueta B en 2026 en estas ciudades
Los coches con Etiqueta B empiezan a tener problemas en algunas ciudades desde este 2026.

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Ya lo siento, pero si tu coche luce la etiqueta B amarilla en el parabrisas, ve mentalizándote de que en 2026 vas a ser un paria del asfalto urbano, porque los ayuntamientos han decidido que ya no basta con haber perseguido a los coches sin pegatina; ahora la moda es dejar fuera también a los B, porque parece que el aire sólo se limpia cuando te compras un coche eléctrico a plazos.
El asunto viene de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que es nuestra cruz y que obliga a todas las ciudades de más de 50.000 habitantes a montar su propia Zona de Bajas Emisiones. Traducido significa: cámaras, multas y prohibiciones varias para filtrar el tráfico y, de paso, recaudar lo suyo. Hasta ahora los apestados eran los coches sin distintivo de las clases más bajas, pero la siguiente ficha en caer está clara, y sentencia de muerte a la etiqueta amarilla.

Qué coches con etiqueta B quedarán fuera (y no son pocos)
A ver, porque no hablamos de joyas de museo ni de hierros cochambrosos, que los gasolina matriculados entre 2001 y 2006 y los diésel entre 2006 y 2014 son el grueso de los afectados. O sea, coches perfectamente válidos para el día a día pero que, gracias a la normativa, serán tratados como si fuesen un bidón de petróleo en un nido de pingüinos. Cuidado, porque también entran en la lista vehículos de transporte y hasta los de más de ocho plazas, así que ni las furgonetas de los currantes se librarán.
La paradoja es sangrante cuando muchos de estos coches funcionan como un reloj, cumplen con sus revisiones y hasta gastan menos que ciertos SUV modernos, pero la pegatina es innegociable para nuestros estimados burócratas. Aquellos que dependen de su chófer para todo. Si vives en ciudad y tienes un coche con etiqueta B, prepárate a usarlo solo para escapadas al pueblo o como decoración en el garaje.
Eso sí, desde los despachos las razones son las de siempre: proteger la salud y limpiar el aire. Que oye, nadie quiere respirar humo, pero la sensación de que te están presionando para cambiar de coche aunque el tuyo aún tenga cuerda para rato es inevitable. Especialmente cuando lo que ofrecen de alternativa es gastarte más de 20.000 euros en un híbrido que ni quieres ni necesitas ni puedes permitirte.

Cataluña empieza en 2026 y el resto copiará la jugada
Los primeros en pasar por el aro serán los conductores en Cataluña, porque la Generalitat aprobó un plan que no deja lugar a dudas: desde el 1 de enero de 2026, los coches con etiqueta B estarán vetados en las más de 30 ZBE de la comunidad cuando haya episodios de contaminación. De momento serán restricciones puntuales, pero el 3 de enero de 2028 la prohibición será permanente y sin excepciones. Vamos, que si tu coche lleva pegatina amarilla, olvídate de meterlo en Barcelona, Sabadell, Terrassa o cualquier otra gran ciudad catalana.
Esto no se queda en Cataluña. Madrid, Valencia, Zaragoza, Sevilla y compañía ya tienen sus ZBE en marcha, y la ley obliga a todas las ciudades de más de 50.000 habitantes a ponerse estrictas. Traducido: si tu coche tiene etiqueta B, en cuestión de meses pasará de ser tu compañero fiel a un proscrito urbano. Hasta ahora los responsables de muchas ciudades se habían hecho los suecos. Pero van a tener que lanzar sí o sí las ZBE a lo largo de lo que queda de año y el inicio del 2026.
Así que la decisión es tuya: o lo usas solo para carreteras secundarias y escapadas rurales, o te adelantas al golpe y lo cambias antes de que tu pegatina amarilla sea el equivalente automovilístico a llevar un “no me dejan entrar” colgado del cuello. Eso sí, nadie podrá decir que no estabas avisado: la cuenta atrás ya ha empezado, y 2026 está a la vuelta de la esquina, por inconstitucional que sea la ZBE.
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