La Fiscalía General del Estado ha recibido la denuncia presentada recientemente por la asociación Afroféminas por insultos racistas a algunas de las niñas de San Ildefonso que cantaron los premios de la Lotería de Navidad el pasado 22 de diciembre. Por ahora, según han confirmado fuentes fiscales a laSexta.com, los técnicos están estudiándola para ver si se incoan diligencias.

La denuncia ha sido remitida desde la Fiscalía a la unidad de delitos de odio y a la Fiscalía provincial de Madrid. El ministerio del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha apoyado este movimiento y ha insistido en que tiene que haber "tolerancia cero" con este tipo de actitudes. "Lo que afecte a los colectivos más vulnerables y esas conductas, que solamente pueden calificarse de delito de odio, son una prioridad máxima".

La denuncia llegó tras la difusión de un vídeo en las redes sociales en el que se podía a ver cómo cuatro de las niñas de San Ildefonso, todas ellas negras, eran objeto de "comentarios discriminatorios y cargados de odio". Los mensajes, "llenos de desprecio, humillación y racismo", constituyen, en palabras de Afroféminas, un "ataque directo" a la integridad de las menores pero también a la diversidad y a la "convivencia en una sociedad que debe ser inclusiva y respetuosa con todas las personas".

Por ahora, los técnicos están estudiando la denuncia para definir el siguiente paso, es decir, para valorar si se incoan diligencias de investigación penal que puedan concluir con la presentación de una querella contra los autores de los comentarios. En principio, los hechos que se reflejan en este vídeo podrían ser considerados como delito de odio, castigado con penas de entre uno y cuatro años de cárcel, porque las destinatarias de esos insultos racistas pertenecen a un colectivo especialmente vulnerable.

Pedrea Navidad Combarro

En Combarro (Pontevedra)

El 57170, la pedrea de la Lotería de Navidad que nunca fue premio: "Lo cantó alto y claro"

En una peluquería de Combarro (Pontevedra), estaban encantados —bueno, encantadas— porque por fin les había tocado algo con un número con el que jugaban siempre la Lotería de Navidad. La alegría les duró muy poco.