La tensión se palpa en el seno del Gobierno. La aprobación de la reforma de la ley del 'solo sí es sí' parece haber marcado un antes y un después en las relaciones entre los partidos que conforman la coalición. No es de extrañar, viendo el proceso y el resultado: una de las leyes estrella del Ejecutivo liderado por Pedro Sánchez, que suponía toda una revolución en el ámbito jurídico y social por -como han reivindicado en todo momento desde Unidas Podemos- situar el consentimiento en el centro de la norma a la hora de procesar los delitos sexuales, ha ocasionado toda una debacle a distintos niveles.

Tras la revisión a la baja de casi 1.000 penas de delincuentes sexuales, la excarcelación de más de una treintena de ellos y toda una guerra abierta llena de acusaciones y movimientos político-judiciales sorprendentes, el PSOE decidió poner punto y final a la polémica con una reforma de dicha ley no aceptada y denunciada de forma reiterada por la formación morada, pero que ha acabado saliendo adelante con el apoyo del Partido Popular, que aplaudía con entusiasmo este jueves la luz verde a la modificación. Algo que en Unidas Podemos y sus dirigentes no perdonan a la parte socialista del Gobierno.

"A veces avanzamos, a veces nos obligan a retroceder, pero siempre empujamos los avances feministas. Vamos con todo, querida Irene Montero", escribía en redes sociales poco después de la votación en el Congreso la ministra de Derechos Sociales y secretaria general del partido morado, Ione Belarra. Mensaje similar al expresado por la propia ministra de Igualdad: "La reacción a esta ley ha provocado una vuelta atrás de años, hasta el punto de que estamos volviendo a escuchar a sectores del poder judicial, del poder político y del poder mediático señalar que el consentimiento estuvo siempre en el medio".

"El consentimiento no es un teatro, aunque lo diga el redactor de esta propuesta. Este es un grave retroceso en derechos de las mujeres. De esta cámara debería salir una reforma feminista de la ley, pero el mensaje es que las alianzas que valen para proteger el derecho a la vivienda no valen para proteger los derechos de las mujeres, derechos que la derecha y extrema derecha ponen en el centro de sus ataques", denunció Montero desde la tribuna del Congreso, para concluir con un mensaje directo al PSOE: "Quizá lo tendríamos que haber hecho, como les hemos pedido hasta el último minuto, es pactar una respuesta unitaria desde el Gobierno y la mayoría feminista".

En esta misma línea se expresaron otras dirigentes del partido implicadas de forma directa en la elaboración de la norma; dirigentes como Ángeles Rodríguez Pam, secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, quien a través de Twitter lamentó que, a pesar de haber sido "pioneras colocando el consentimiento en el centro del Código Penal, el pacto del PSOE con el PP para reformar la ley del 'solo sí es sí' lleva a España a retroceder en derechos de las mujeres". También así se manifestó Victoria Rosell, delegada del Gobierno contra la Violencia de Género: "Cada paso atrás aunque estuviéramos todas de acuerdo es una década de lucha".

El PSOE insiste en "una reforma técnica"

En la parte socialista los ánimos no estaban mucho mejor tras la votación de la reforma, aunque intentaron defender en todo momento -como lo han hecho desde el estallido de la controversia- la necesidad de modificar una ley que permitía rebajar las penas e incluso liberar a numerosos delincuentes sexuales antes de cumplir la condena impuesta. La secretaria de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, hacía hincapié durante el pleno en que "la reforma del Código Penal en esta ley no ha funcionado", por lo que buscar soluciones era "una obligación". "El PSOE apuesta por una reforma técnica. Ni más ni menos, no modifica ni una coma de la definición del consentimiento", apostillaba.

No fue la única en explicarse en estos términos. "Nosotros lo que buscábamos era tener una mayoría con la que cambiar lo perjudicial de esa ley, que era esa parte del Código Penal, y es lo que hemos hecho. Hemos corregido una especie de fe de erratas. Se trata de hacer lo que había que hacer", aseveró tras la aprobación de la reforma el portavoz socialista Patxi López, quien aprovechó para mandar un dardo directo al PP por aplaudir la misma: "Estábamos corrigiendo errores. No íbamos a competir con el PP y esa escenografía barata".

Recogemos el clamor social de que no es posible tener norma que reduzca penas

Félix Bolaños (ministro Presidencia)

Más contundente incluso se expresó el ministro de Presidencia, Félix Bolaños: "Había un acuerdo amplísimo de fuerzas parlamentarias y ciudadanía para que no se reduzcan penas. Ese consenso amplio en la ciudadanía es lo que hoy sale del parlamento con normalidad. Recogemos el clamor social de que no es posible tener norma que reduzca penas. Por eso la mayoría del Congreso responde a la ciudadanía española" con esta reforma. Así las cosas, la situación en el Gobierno parece haber alcanzado su pico máximo una crisis que se lleva alargando desde casi el inicio de la legislatura de la coalición.

A poquísimas semanas de la celebración de las elecciones municipales y autonómicas, y a escasos meses de los comicios generales, en el ala socialista del Gobierno intentan como pueden desviar la atención una vez superado este bache e insisten en que la coalición aguantará hasta la llamada a las urnas. Mientras tanto, el silencio sobre la continuidad del Ejecutivo reina ahora entre los dirigentes de Unidas Podemos, más centrados en acercar posturas con Sumar en pos de un acuerdo que aglutine a toda la izquierda a la izquierda del PSOE. Aun así, y a razón de los sucesivos enfrentamientos registrados entre las partes con especial intensidad en este último tramo, nada puede asegurar a día de hoy que la coalición pueda saltar por los aires en cualquier momento.