Los colegios electorales se preparan para abrir sus puertas a unos comicios generales por sexta vez en la democracia. A apenas horas del 23J, los políticos y electores rebobinan el camino andado los últimos cuatro años en esta 'jornada de reflexión'.
Los últimos 15 días han supuesto una montaña rusa para los principales candidatos a la presidencia del Gobierno, que cerraron a medianoche de este 22 de julio una campaña electoral radicalmente diferente a la augurada tras las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo.
El PP, que arrancaba el camino hacia estas generales con radiantes sonrisas en el balcón de Génova tras su victoria el 28M y convicción de que la imagen se repetiría en las elecciones generales, lo ha finalizado con los 'populares' esquinados por la amistad de Feijóo con el narcotraficante Marcial Dorado y entre acusaciones de faltar a la verdad después de que afirmara que el PP siempre había revalorizado las pensiones al IPC, algo que no es cierto.
Los 'populares' ya no dan por hecho la heroica victoria, y con la polémica servida por los pactos autonómicos y municipales con Vox, apelan al 'voto útil' para tratar de obtener una mayoría que les permita no depender de Abascal y evitar otros cuatro años de Gobierno de Sánchez y Yolanda Díaz.
Una posible victoria progresista de la que se muestra absolutamente convencido Pedro Sánchez. El líder socialista ha utilizado los pocos más de 50 días desde que anunció la repetición electoral para revertir el ánimo de derrota del 28M y desdibujar el mantra del 'sanchismo'.
En las últimas dos semanas, Pedro Sánchez se ha enfrentado a las voces mediáticas y políticas más duras contra su Gobierno y ha escalado posiciones atreviéndose a formatos como 'La Pija y la Quinqui' e incluso a hacer 'memes' de los propios insultos que la oposición ha llevado como bandera. El líder del Ejecutivo cree que ganará las elecciones y que podrá gobernar en coalición otros cuatro años más junto a la que hasta ahora ha sido su compañera, Yolanda Díaz.
La líder de Sumar, por su parte, afronta estas elecciones con una formación conformada a contrarreloj y que ya supone la mayor agrupación de formaciones políticas de la historia de la democracia. Desde el 29 de mayo, el día en el que Sánchez anunció el adelanto electoral, Díaz ha tenido que forjar los cimientos de Sumar, e incluso tras protagonizar tensiones con algunos de sus propios miembros, ha consolidado una formación que postula a arrebatar la tercera posición a la extrema derecha.
Yolanda Díaz ha ido aumentando el tono positivo de las primeras semanas hasta convertirse en el muro contra la ultraderecha en el debate electoral de TVE hace apenas unos días, y en una de las políticas más duras con Feijóo ante su gran ausencia. La candidata alcanza su primeros comicios generales con la confianza, al igual que su socio de Gobierno, de una histórica remontada que permita otra legislatura progresista. Un objetivo para el que será clave afianzarse la tercera plaza.
En el espectro político radicalmente opuesto se encuentra el otro candidato que podría afianzarse este tercer puesto el 23J. Santiago Abascal ha optado por llevar de bandera en su programa electoral la derogación de los avances sociales adquiridos en los últimos años y alejarse de los populares para presentarse como la única formación que podría echar a Sánchez.
Algunas encuestas ya barajaban la opción de una bajada de escaños para los de Abascal, y la irrupción de Sumar en el panorama político español complica aún más unos resultados positivos para Vox. Sin embargo, a la vista de los pactos entre PP y la extrema derecha en autonomías y ayuntamientos, Vox se dibuja dentro de un posible gobierno tras el 23J.
Afirman que los comicios son "decisivos", tanto por la oportunidad de desalojar a Sánchez de Moncloa como por la posibilidad de ser clave en la formación del futuro Gobierno, y tratan de alejar el fantasma del voto útil que enarbola el PP.
Muy diferente han sido estos dos meses para las formaciones independentistas. Con un mapa electoral desfavorable para Esquerra tras el 28M, la formación catalana busca no perder más votos, y asegura que, si dan los números, evitará un gobierno de PP y Vox.
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