Hace mucho tiempo que el tiempo entre elección y elección en España era largo. Desde hace algunos años, el país ha ido encadenando, entre los procesos electorales previstos, la repetición de comicios y el adelanto de otros, hasta el punto de que es raro el año en el que no hay, al menos, un proceso electoral. 2023 no sólo tiene uno, sino que celebra tres elecciones diferentes: las generales, a finales de año, y las municipales y autonómicas, el 28 de mayo.

Las locales se celebran a nivel estatal, es decir, todos los ayuntamientos renuevan gobierno en función de lo elegido el último domingo de este mes, pero no ocurre lo mismo con las autonómicas. Tradicionalmente, las elecciones de las autonomías históricas (Galicia, País Vasco, Cataluña y Andalucía) han ido 'por libre', es decir, descolgadas del resto de procesos, mientras que todos los demás coincidían en fecha. Sin embargo, en 2021 se convocaron dos procesos adelantados de elecciones, en Madrid y en Castilla y León. Y aunque esto podría hacer pensar que quedarían descolgadas para siempre no es así... o sí, pero a medias.

En 2023 se celebran elecciones en todas las autonomías menos (efectivamente) en las cuatro históricas, pero tampoco se celebran en Castilla y León. Aunque sí en Madrid. La razón de esta discrepancia está en los estatutos de autonomía de cada región. Vayamos por partes. Galicia y País Vasco ya celebraron sus últimas autonómicas en el verano de 2020, por lo que hasta 2024 —si no se adelantan— no se volverán a celebrar. En Cataluña, que años atrás ya tuvo que celebrar varios comicios seguidos, las últimas elecciones al Parlament tuvieron lugar el 14 de febrero de 2021, por lo que hasta 2025 no tendrán que renovar Gobierno.

Mientras tanto, Andalucía celebró las últimas el pasado 2022, por lo que hasta 2026 no volverá a haber elecciones autonómicas andaluzas. Pero también se celebraron comicios en Madrid y en Castilla y León en 2022, por adelanto electoral. Sin embargo, la situación de ambos es diferente: Madrid sí repite elecciones autonómicas ahora, mientras que los castellano-leoneses tendrán que esperar hasta 2026. ¿Por qué?

El estatuto de autonomía de la Comunidad de Madrid prevé que incluso adelantando comicios "la nueva Cámara que resulte de la convocatoria electoral tendrá un mandato limitado por el término natural de la legislatura originaria". Teniendo en cuenta que en Madrid se adelantaron los comicios tras la ruptura entre el PP y Ciudadanos, unión que se formalizó en Gobierno regional en 2019, en todo caso 2023 ha de ser el año de reformulación del Ejecutivo regional.

No obstante, el estatuto de Castilla y León no prevé este 'recorte' de legislatura, sino que en cualquier caso, ya sean elecciones programadas o adelantadas, la legislatura tendrá la duración habitual de cuatro años. Eso sí, la Junta puede volver a adelantar elecciones, siempre y cuando lo haga al menos un año después de la última disolución de la Cámara, más allá del primer periodo de sesiones de la legislatura o, en caso de que se haya presentado una moción de censura, una vez que se finalice su tramitación.