Cuando se acercan unas elecciones, prácticamente todas las miradas están puestas en las encuestas y sondeos. Muchos tienen definido su voto; otros esperan a revisar los programas de los diferentes partidos pero no son pocos los que llegan al día de la cita electoral sin tener clara su posición. Todo esto se ve reflejado en cada una de estas encuestas y sondeos que se van publicando las semanas previas a unas elecciones y, con más frecuencia, en los días anteriores.

De cara a las elecciones vascas, las encuestas apuntan, por ejemplo, a un previsible empate o como mínimo un acercamiento importante de EH Bildu al PNV; en Cataluña, el PSC siempre es el partido ganador, para todos los sondeos, aunque la importancia radica en los partidos que serán capaces de llegar por detrás y en cómo lo hagan, para valorar las posibles coaliciones de Gobierno que se puedan dar.

Sin embargo, no siempre las encuestas aciertan. Tanto es así que en procesos electorales recientes, las encuestas se han desviado mucho de los resultados finales. Y es por eso que es importante comprender cómo funciona una encuesta y entender todos los términos que se utilizan cuando se habla de sondeos, diferenciándolo de lo que ocurre luego en la realidad.

Cómo se elabora una encuesta en el CIS

Si hablamos de encuestas tenemos que, necesariamente, hablar del barómetro del CIS. Se trata de una encuesta realizada por el Centro de Investigaciones Sociológicas, un organismo público cuyo fin es el estudio de la sociedad. Además de sus encuestas periódicas, en época preelectoral publican también los resultados de algunos de sus sondeos específicos, como son el reciente CIS sobre las elecciones vascas, que dejan a EH Bildu a una distancia cortísima del PNV (entre uno y tres escaños), publicado el 1 de abril.

En cualquier caso, las encuestas se elaboran teniendo en cuenta las respuestas de una muestra determinada de individuos, elegidos al azar, siguiendo una metodología específica. En el caso de los barómetros del CIS, se realizan encuestas por teléfono en todo el ámbito nacional —o en el autonómico, cuando se trata de encuestas preelectorales—, a integrantes de la población mayores de edad y de ambos sexos. Todas las encuestas del CIS tienen, como cualquier encuesta, un error muestral —bajo el supuesto de muestreo aleatorio simple de +/-1,6%, para un nivel de confianza del 95,5%—.

En las encuestas que ofrecen la estimación de voto de cara a unas elecciones, es donde hay que tener en cuenta los siguientes elementos:

  • Voto directo
  • Margen teórico de error
  • Estimación de voto

1. Intención de voto directo

Este primer dato es el que se obtiene de una pregunta sencilla que se realiza a los entrevistados: si se celebrasen las elecciones (que sean) hoy, ¿a qué partido votaría? La intención de voto recoge una serie de porcentajes para cada partido, que es un indicador que no precisa de ninguna elaboración. Según explicaba el jefe de Nacional y Economía de laSexta, Dani Cervera, a propósito de las encuestas de las elecciones de 2014, este es lo que sería el "primer ingrediente" antes de cocinar en una "olla imaginaria". "Un sondeo es un plato que tiene un primer ingrediente, que es la intención de voto directo, y es básicamente un ingrediente crudo", señalaba hace ya una década, aunque la explicación sigue siendo la misma.

Ahora bien, el propio CIS reconoce que las respuestas a esta pregunta no constituyen una buena previsión sobre los resultados de unas elecciones próximas. En parte, ocurre porque el porcentaje de respuestas de tipo 'no sabe' o 'no contesta' son muy altos. "Para hacer un buen sondeo, hace falta tener en cuenta más elementos: posibles abstenciones, votantes indecisos...", explica Cervera. En este punto es donde el CIS tiene que tratar de aproximarse lo máximo posible a un resultado realista. Y es por eso que hace falta cruzar estos datos con otros elementos, que es lo que se conoce como la 'cocina' del CIS.

2. Margen de error teórico

En cada encuesta del CIS, el centro ofrece el margen teórico de error específico. En términos estadísticos, este margen expresa la cantidad de error de muestreo en los resultados de un sondeo. Cuanto menor sea el margen de error, más confianza ha de ofrecer el sondeo en cuestión. En el caso del Centro de Investigaciones Sociológicas, el margen suele estar en porcentajes inferiores a un +/-1,6%. Además de este dato, la encuesta siempre ofrece el nivel de confianza de los resultados, que en este caso, suele ser superior al 95%.

3. La estimación de voto

El dato del que se habla cuando el CIS publica un sondeo preelectoral es este: la estimación de voto. Este es el resultado de aplicar a la intención de voto un modelo de corrección basado en otras variables de la encuesta: experiencias pasadas, información de tipo cualitativo, etc. Es lo que popularmente se conoce como la 'cocina' del CIS. Según Cervera, un "elemento importante" que se tiene en cuenta, por ejemplo, es la simpatía hacia los partidos. "Aquí ya hay una primera 'cocción': el voto directo y la simpatía hacia los partidos", explica. Pero faltan otros, como es el recuerdo de voto.

En las elecciones de 2014, la variación entre el voto directo al PP y la estimación de voto a los populares era superior a diez puntos. ¿Por qué tanta diferencia? Cervera señalaba entonces que en un contexto en el la "situación no era buena, ni política ni económicamente, la gente que había votado al PP en 2011 no quería acordarse de que lo había hecho". Esto es lo que provoca que los expertos y sociólogos del CIS tengan que 'cocinar' este dato, considerando que algunos de esos votantes con "amnesia" podrían volver a votar a los populares. Y el resultado de esta cocina puede suponer invertir el dato obtenido con un 'solo ingrediente'.

"La 'cocina' no es necesariamente mala", apunta Cervera, quien recuerda que hay "'cocinas' y 'cocinas'", cada encuestadora tiene la suya. Con datos similares, de hecho, se pueden llegar a 'cocinar' resultados diferentes. Sin embargo, dado que el CIS ha tenido numerosos errores a lo largo de los años, las críticas llueven a la institución cada vez que un resultado se aleja de lo que acaba ocurriendo en la realizada. ¿Es el barómetro del CIS la mejor radiografía de la sociedad española, o las encuestas privadas son mejores? Según señaló en 2019 a laSexta el presidente del CIS, José Félix Tezanos, las encuestas del CIS "no mienten", ya que se basan en una serie de muestras mínimas que dan una "información fiable".

"Hay cincuenta y tantas preguntas, sobre muchas variables... Para toda la sociedad es útil saber que se trata de información científica", explicaba, aunque subrayaba que "las encuestas no pueden pronosticar" el resultado de unas elecciones porque son el "dato fiel" de un momento muy específico. Pero hay que recordar que un importante porcentaje de los electores toman la decisión de a quién votar durante la última semana, mientras que de estos, otro importante lo hace el último día. "¿Cómo adivinas esto?". El modelo del CIS, explica, cuenta con 108 variables diferentes para ubicar a los indecisos, pero no es una tarea sencilla.

Los grandes problemas de las encuestas

Como ya hemos visto en el pasado, las encuestas no siempre aciertan. Esto se debe a muchos factores, entre ellos, un sesgo a la izquierda. Según un análisis elaborado por El País tras las últimas elecciones generales, en todos los sondeos desde 2018 el voto a la izquierda se ha sobrevalorado en los barómetros, en algunas zonas de España con errores de más de 10 puntos. En virtud de este análisis, esto ha ocurrido desde que Tezanos llegó al CIS y modificó los métodos del centro.

En algunas encuestas, también, se han visto algunos sectores poblacionales sobrerrepresentados: es el caso de los desempleados, a quienes es más fácil contactar vía telefónica para realizar las encuestas. Y aunque la 'cocina' del CIS también incluye un método para equilibrar esta sobrerrepresentación, hay que tener en cuenta muchos factores.

Pero, a todo esto, hay que sumar la falta de transparencia en las respuestas de los encuestados. Según explican desde Maldita, uno de los problemas que se suelen encontrar en las encuestas es que las respuestas de los entrevistados no siempre se corresponden con la realidad, para lo cual el CIS integra varias preguntas de control, con el fin de descubrir la intención de voto real de los encuestados.

Tezanos sostiene que "no ha falsificado" ni va a falsificar un dato en su vida, pero lo cierto es que además, los barómetros del CIS se han utilizado en los últimos años como arma política. En las elecciones de 2019, por ejemplo, Tezanos fue acusado de fabricar "un traje a medida" a Pedro Sánchez. Él insiste: "Sería un comportamiento absurdo decirle a alguien que va a ganar".