Volver a la vida. Pero no de cualquier manera. "Después de haber sufrido un infarto te entran muchos miedos e inseguridades. Mucha incertidumbre. Piensas que vas a estar el resto de tu vida en una especie de burbuja sin poder hacer nada, pero gracias a la rehabilitación cardiaca me di cuenta de que no era así. Aprendí que podía vivir igual que siempre, pero teniendo más control sobre mi salud y sobre mis factores de riesgo, conociéndome más y sabiendo y entendiendo mis limitaciones. La rehabilitación cardiaca me enseñó a vivir sin miedo", confiesa María José a laSexta.
Y es que "puedes vivir como un enfermo el resto de tus días o hacer una vida plenamente normal. A mí, la rehabilitación cardiaca me cambió la vida, me hizo volver (de nuevo) a la vida", cuenta Josep María al otro lado del teléfono, quien sufrió también un infarto hace cuatro años que le cambiaría su mundo por completo. Sin embargo, ahora piensa que puede vivir incluso mejor que antes, que seguro que en estos momentos tiene más resistencia física que la que tenía antes del infarto. Sólo tienen que enseñarte a vivir. Y eso es precisamente lo que hace la rehabilitación cardiaca: enseñarte a vivir bien y con calidad de vida.
¿Qué son los programas de rehabilitación cardiaca?
"Son programas multicicipinares llevados a cabo por diversos especialistas (cardiólogos, médicos rehabilitadores, enfermería, fisioterapeutas...) que tienen como objetivo corregir y controlar todos los factores de riesgo que hayan podido influir en la aparición de ese infarto o de otro evento cardiovascular", explica la doctora Raquel Campuzano, cardióloga experta en rehabilitación cardiaca y presidenta de la Asociación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC),hoy 29 de septiembre, Día Mundial del Corazón.
Una vez el paciente ha sido dado de alta en el hospital y transcurridos uno o dos meses de ese alta, la persona acude durante unos 2-3 meses a la unidad de rehabilitación cardiaca de su hospital -el tiempo depende siempre de cada caso concreto, de las necesidades de cada paciente- a realizar el programa de rehabilitación cardiaca que principalmente se sustenta en cuatro puntos: ejercicio físico, control de los factores de riesgo, apoyo psicológico y parte educacional del paciente. "Cuanto antes se acuda después del alta, mucho mejor", apunta Campuzano.
En este tiempo, se enseña al paciente cómo hacer ejercicio físico (personalizado en base a su edad y a su patología) y a controlar todos los factores de riesgo que han podido influir en la aparición de ese infarto o de cualquier otro evento cardiovascular: te enseñan a controlar el azúcar, a llevar una alimentación saludable (lo cual no significa que sea ni sosa ni aburrida, ni que pases hambre ni que te prives de caprichos, simplemente llevar y mantener una dieta o alimentación saludable), a saber cómo tener un peso adecuado -evitando el sobrepeso y la obesidad-, a controlar la hipertensión, la diabetes, a dejar el tabaco si se fuma... Es decir, a controlar todos los factores de riesgos cardiovasculares que aumentan el riesgo o la probabilidad de tener una enfermedad cardiovascular.
Los programas de rehabilitación cardiaca enseñan a controlar todos los factores de riesgo que han podido influir en la aparición del infarto o del evento cardiovascular que ha sufrido el paciente
En esta página de la Fundación Española del Corazón (FEC) se explican y se enumeran todos los factores de riesgo cardiovascular que aumentan el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular. A día de hoy, sabemos que las enfermedades del corazón son (y siguen siendo) la primera causa de muerte en España y en el mundo. En España, suponen alrededor del 30% de los fallecimientos anuales.
Por ello, también, añade la doctora, es fundamental la parte psicológica: en estos programas de rehabilitación cardiaca, también ayudamos al paciente a controlar su estrés y su ansiedad, fundamentales también para el control cardiovascular y para una mejora de la calidad de vida. En el caso de Josep, esa parte psicológica fue calve. "Tuve que aprender a tomarme la vida de otra manera, de una forma más relajada y sin estrés. Porque no tenía ningún factor de riesgo cardiovascular como hipertensión o colesterol, ni siquiera el tabaco (porque no fumaba), sino que el causante de ese infarto parece que fueron los altos niveles de estrés que tenía en mi vida", comenta Josep, presidente en la actualidad de la Asociación Gerundense de Prevención y ayuda a las Enfermedades del corazón (GICOR).
Y por último, la última pata de estos programas se sustenta sobre la educación del paciente, se educa al paciente en su propia enfermedad: "Cuando un paciente sabe porqué le ha podido ocurrir un infarto y qué tratamiento debe llevar a partir de ahora, no va a dejar de tomarse las pastillas (porque sabe para qué son). Cuando uno sabe cómo tiene qué actuar, se va a hacer un 'paciente experto'", sostiene Campuzano. También se dan charlas a las familias o las personas que conviven con ellos. Es un abordaje íntegro y multidisciplinar.
Sin duda, ésta última parte es una de las claves del programa. "Sé de mis limitaciones y hasta dónde puedo llegar. Tengo más control sobre mi enfermedad y mis factores de riesgo. Me conozco más", cuenta María José, quien es miembro de la junta directiva y voluntaria de la asociación Corazones sin fronteras, con sede en Vitoria-Gasteiz. Tanto es así que "a los 4 meses de terminar la rehabilitación cardiaca, me fui a hacer la visita del Santuario de San Juan Gaztelugatxe. Y yo seguía mi ritmo, pulsómetro en mano, sin problemas. Así, cuando veo que me suben las pulsaciones, me paro y relajo el ritmo. Y continúo de nuevo. Me conozco más".
No hay suficientes unidades de rehabilitación cardiaca
En España, no todo el mundo tiene acceso a programas de rehabilitación cardiaca: según datos recientes, de esta misma semana, sólo un 30 % de los pacientes tienen acceso a este tipo de programas. Faltan más unidades. "El último registro de unidades de Rehabilitación Cardiaca de 2017, se contabilizaron unas 135 unidades en toda España. Y debería haber una unidad por cada servicio de cardiología (que son unos 200 en toda España). Aún así, sería deseable también que se pudieran hacer unidades en todos los centros de atención primaria que tuvieran las condiciones para ello", afirma la doctora Campuzano.
¿Por qué es tan importante llegar a ese número de unidades? La respuesta es vital: "Hacer un programa de rehabilitación cardiaca previene más de un 50 % la probabilidad de tener un nuevo evento cardiológico. Previene nuevos eventos cardiovasculares. Por ello, sería fundamental que todos las personas que hayan tenido un evento cardiovascular reciente pudieran pasar por una unidad de rehabilitación cardiaca y desarrollar estos programas. Hoy por hoy, desgraciadamente, esto no es así. Debemos insistir en que los programas de rehabilitación cardiaca son la máxima evidencia científica para prevenir nuevos eventos cardiovasculares, y por ello, deberíamos intentar que todos los pacientes tuvieran acceso", asegura Campuzano.
La rehabilitación cardiaca previene en más de un 50 % la probabilidad de tener otro evento cardiológico
Este dato es importante ya que según una reciente encuesta realizada por CardioAlianza, organización de pacientes cardiovasculares, muestra que el 60% de los pacientes no saben o no han sido informados de la probabilidad de tener otro infarto. Y según informa, también, esta organización, "existe de nuevo, sobre todo en el primer año, la probabilidad de volver a tener otro infarto u otro evento cardiovascular". De ahí, fundamentalmente, la importancia que tienen estos programas de rehabilitación cardiaca. Hacer pacientes expertos en su enfermedad cardiovascular y autocuidado. Pacientes que adquieran hábitos cardiosaludables para siempre y que vivan de forma sana y con calidad de vida.
Ahora estamos finalizando el registro de 2021, que se publicará a final de año, informa la doctora. "De esas 135 unidades que hay en la actualidad es posible que algunas no estén operativas después de la pandemia. Porque hemos sufrido mucho en las actividades grupales, aunque poco a poco se van retomando. Por ello, es importante también volver a hacer este nuevo registro, para impulsar que todas aquellas unidades que se quedaron atrás por la pandemia, vuelvan a estar activas".
Sin embargo, en la actualidad existe un recurso online que consigue que estos programas puedan llegar de forma online a todos los pacientes y también a sus familias. Desde la Asociación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), se creó en 2020 el proyecto Aula Abierta RC Pacientes,un programa de rehabilitación cardiaca online que nació con el objetivo de acercar la rehabilitación cardiaca a los pacientes con enfermedad cardiovascular que vieron cómo la pandemia de la COVID-19 interrumpía los programas presenciales. En la actualidad, más de 3000 pacientes se han beneficiado de este programa, que también es recomendado incluso para aquellas personas que no han tenido un episodio cardiovascular pero que quieren informarse, prevenirlo y mejorar sus hábitos.
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Con la rehabilitación cardiaca, concluye la doctora, "el infarto es una oportunidad para un cambio a una vida mejor. La mejoría de la calidad de vida es indiscutible y muchos pacientes incluso siguen trabajando en asociaciones, polideportivos municipales, etc. El cambio de vida, después de un programa de rehabilitación cardiaca, siempre es a mejor".