Una de cada 8 mujeres en España tendrá un cáncer de mama, el tumor más común en la población femenina española con más de 35.000 casos, anuales. Dentro de todos los tumores de la mama que existen, el cáncer de mama HR+HER2- es el tipo más frecuente representando a más del 70% de los casos. Y de ellos, hasta un 15% de los casos tienen alto riesgo de recaer, es decir, tienen el doble de posibilidades de que el tumor reaparezca después del tratamiento.

Ahora, una nueva alternativa llega para avanzar en el tratamiento y curación de este tumor. Después de 20 años sin novedades en este campo, llega a España un fármaco (abemacicli) -en el que han participado investigadores de Lilly España-que por primera vez logra reducir el número de recaídas en pacientes con cáncer de mama HR+ y HER2- en estadios iniciales con alto riesgo.

Se trata, aseguran los investigadores, "del primer y único inhibidor de ciclinas para el tratamiento adyuvante del cáncer de mama HR+ y HER2- en estadios iniciales con alto riesgo de recaída". Esto es, "se administra de manera complementaria tras el tratamiento principal o cirugía con el objetivo de evitar la recaída". Por tanto, la indicación del fármaco para este grupo de pacientes.

Este nuevo fármaco, disponible ya en España (abemacicli) se trata del primer y único inhibidor de ciclinas para el tratamiento adyuvante del cáncer de mama HR+ y HER2- en estadios iniciales con alto riesgo de recaída

Según el estudio de esta nueva terapia, el estudio monarchE, se ha demostrado que el inhibidor de ciclinas, en combinación con una terapia hormonal, reduce el riesgo de recaída en un 33,6% a los 4 años con tan solo 2 primeros años de tratamiento.

"Un beneficio que se incrementa con el tiempo de seguimiento a los 3 e incluso 4 años. También, ha demostrado reducir el riesgo de metástasis en un 34,1% en el mismo periodo y mejorar la supervivencia libre de enfermedad invasiva, es decir, el tiempo que transcurre desde que una persona inicia el tratamiento y aparece la primera recaída de la enfermedad", explican los expertos.

Según explica el doctor Miguel Martín, presidente del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM) y jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, "tras un seguimiento de cerca de 4 años, la tasa de reducciones de recidivas invasivas se aproxima ya al 40%; un beneficio que se mantiene en el tiempo. Por todo ello, este hito marca un antes y un después en el manejo del cáncer de mama de alto riesgo".

Concretamente, este fármaco ha mostrado su efectividad y seguridad en mujeres jóvenes, mujeres premenopáusicas, perimenopausicas y postmenopausicas, y en hombres con esta patología oncológica. "Es una importantísima novedad en el ámbito del cáncer de mama, ya que es el único avance que hemos tenido en el campo de la terapia adyuvante (tratamiento adicional que se administra después del tratamiento inicial) de los tumores hormono dependientes desde la llegada de los inhibidores de aromatasa, que ocurrió hace ya más de 20 años".

El 50% de las recaídas pasan en los 2 primeros años siguientes

La etapa de seguimiento tras la finalización del tratamiento es fundamental. "Las pacientes pueden sentirse desprotegidas al ver cómo se amplía el periodo entre consultas y muchas veces experimentan miedo al resultado de las pruebas porque saben que el riesgo de recaída, sobre todo en esa ventana de 2 años, es real", explica la Dra. María Purificación Martínez, oncóloga médica, jefa del Servicio de Oncología Médica del Hospital Basurto en Bilbao.

Según detalla la oncóloga, "se consideran pacientes con alto riesgo de recaída cuando tienen 4 o más ganglios afectos, o entre 1 y 3 ganglios afectos y al menos una de las siguientes características: grado histológico 3, lo que significa que las células de la mama están ya muy mutadas o que el tumor sea igual o mayor de 5 cm".

Dadas las posibilidades de recaer y el impacto emocional que esto supone, "es muy importante ofrecer una correcta información y conocimiento del proceso a las pacientes para fomentar su participación en la toma de decisiones y que estas sean consensuadas. Esto es lo que denominamos empoderamiento del paciente", explica la experta.

Con la incorporación de este tratamiento a este abanico de herramientas, continua la profesional, "confiamos en que cambiará su percepción ante la posible recaída, ya que el nuevo fármaco será visto como una mayor posibilidad de curación para ellas. En este sentido, se ha comprobado que el uso a largo plazo de estos tratamientos en adyuvancia tiene una intención curativa".