Para el tratamiento de la obesidad es clave llevar una dieta sana y hacer ejercicio físico. Moverse cuanto más mejor.Pero además, también es importante modificar otros hábitos que no son sanos y si está indicado, seguir un tratamiento farmacológico para ayudar a perder peso y adelgazar (como por ejemplo,Saxenda).
Y es que tal como aseguraron los expertos de la Sociedad Española para el Estudio para la Obesidad (SEEDO), en su congreso nacional de 2021,"la combinación de farmacología con el ejercicio podría tener un efecto positivo en la pérdida de peso graso y el mantenimiento de la masa muscular y su función".
Según los últimos datos publicados por esta sociedad científica, en España, el 53.8% de la población sufre exceso de peso: un 36,6% tiene sobrepeso y un 17,2% obesidad.
En España, el 53.8% de la población sufre exceso de peso: un 36,6% tiene sobrepeso y un 17,2% sufre obesidad
"Sin duda, el mejor ejercicio es aquel que se hace", afirma a laSexta.com César Bustos, experto en educación física y enfermedades metabólicas, vocal de la SEEDO y fundador de ¡No Hay Excusas!.
Porque no debemos pensar únicamente en ejercicio como aquél nos hace sudar, sufrir o pasarlo mal, no: "El ejercicio es al fin y al cabo cualquier cosa que nos haga movernos, y cuanto más lo hagamos, mejor".
Ahora bien, dentro de lo que llamamos ejercicio físico tenemos que tener en cuenta dos aspectos importantes, explica el experto:
- El movimiento que hacemos en el día a día, es decír, la actividad física diaria.
- Y lo que llamamos en sí ejercicio físico, que son todas aquellas actividades físicas programadas.
Más movimiento el el día a día (evitar el sedentarismo)
En primer lugar, es importante movernos más en el día a día, aumentar la actividad física diaria para que haya un mayor gasto calórico. Porque "el mayor gasto calórico que se produce con el ejercicio físico es por la actividad física diaria, por lo que nos movemos en el día a día", explica Bustos.
Y esto es importante porque "a las personas con obesidad les cuesta más moverse, es decir, para personas que no tienen ese exceso de peso puede no significar un esfuerzo extra, pero sí para las personas con obesidad". Por ejemplo, subir escaleras o andar a paso ligero durante un tiempo determinado.
El objetivo al fin y al cabo es moverse más (caminar, hacer actividades de la casa, intentar ir andando a los sitios...) y no quedarnos quietos ni estar todo el día sentados en el sofá. Es muy importante en el tratamiento de la obesidad evitar el sedentarismo.
Ejercicios globales y actividades físicas planificadas
En segundo lugar, estaría lo que conocemos como ejercicio físico en sí, que serían aquellas actividades físicas programadas. "En este caso, los mejores son los que llamamos ejercicios globales, que integran a la mayor parte del cuerpo", indica Bustos.
"Estas actividades son ejercicios que requieren menos tiempo y en las que el gasto calórico es menor que con el movimiento diario, pero el consumo o actividad metabólica que genera es mayor", añade el experto.
Sería importante, entre otras cosas, también para evitar lesiones, que un profesional programara una rutina de ejercicios globales y les enseñara cómo y cuándo practicarlos. "Científicamente además, se ha demostrado que rutinas de ejercicio (sesiones cortas pero intensas de ejercicio) realizadas a lo largo del día y de forma periódica a lo largo del tiempo es efectivo, que no hace falta realizar sesiones largas que cansen mucho", explica Bustos.
Además, es importante que, tal como aseguraba este profesional en el congreso pasado de la SEEDO, "los programas de entrenamiento sean atractivos, adecuados a las expectativas de la persona, flexibles para su uso en la vida real y asequibles y rentables para los servicios de salud"; porque "el control del peso es un proceso de por vida y no un objetivo a corto plazo".
El ejercicio de fuerza es clave
En este sentido es importante hacer, por tanto: dos tipo de ejercicios: ejercicios aeróbicos o cardiovasculares "que ya irían implícitos dentro del movimiento y actividad física diaria", apunta el experto; y ejercicios de fuerza(que podemos realizar por ejemplo, subiendo las escaleras de dos en dos o realizando cualquier ejercicio que implique una fuerza con los músculos) para preservar la masa muscular durante la pérdida de peso, algo imprescindible para la salud.
Así, tal como indica la SEEDO en este informe, "las intervenciones que combinan ejercicios aeróbicos de alta intensidad y ejercicios con cargas altas producen efectos beneficiosos que son superiores a cualquier otra modalidad en la disminución de la adiposidad abdominal, mejorando el tono muscular e incrementando la capacidad cardiorrespiratoria".
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De este modo, concluye Bustos, "el ejercicio perfecto para perder peso es el que se hace y que está incorporado dentro de la rutina diaria. Movernos más, ejercicios globales que impliquen todo el cuerpo y, por supuesto, ejercicios de fuerza". No obstante, siempre es importante el asesoramiento y el seguimiento profesional.