La sarna (o escabiosis) es una enfermedad dermatológica milenaria que ha estado siempre ahí, pero que ha aumentado de forma importante en España, y también en Europa, después del confinamiento por la pandemia del COVID-19. Los dermatólogos constatan ya un aumento de esta patología en los dos últimos años.

La sarna se describe como un trastorno de la piel que produce picor y lesiones cutáneas y está causada por un ácaro, en concreto, el llamado Sarcoptes scabiei. Pero ¿por qué han aumentado los casos? ¿Cómo podemos identificarla? ¿Cuáles son sus síntomas?

En el 49º Congreso de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), que se celebra en Málaga entre el 1 y el 4 de junio y en el que 335 ponentes de hospitales de toda España e internacionales impartirán más de un centenar de sesiones científicas, los expertos han asegurado que "en los últimos dos años, los dermatólogos estamos asistiendo a un aumento importante de casos de sarna (también llamada escabiosis)".

No se pueden dar datos oficiales o reales ya que la sarna no es una enfermedad declaración obligatoria, por lo que no se puede saber con exactitud el número de afectados en España: fue el aumento de pacientes atendidos en las consultas lo que dio la voz de alarma.

Realmente no se puede explicar el motivo exacto, pero los expertos aluden al confinamiento por que el "hemos pasado más tiempo en casa, manteniendo un mayor contacto diario entre convivientes, lo que puede haber favorecido el contagio de la sarna en aquellas unidades familiares en las que hubiese un miembro afectado por el parásito", tal como ha explicado la Dra. Cristina Galván, dermatóloga del Hospital Universitario de Móstoles (Madrid), en la ponencia 'Sarna, qué está pasando', celebrada en dicho congreso el pasado jueves.

Otra de las hipótesis que se barajan en el aumento de casos de esta enfermedad es "la demora en el diagnóstico y el tratamiento de los casos de pacientes infectados, que ha hecho que hayan permanecido siendo contagiosos durante más tiempo", expone el Dr Eliseo Martínez, Coordinador del Grupo de Epidemiología y Promoción de la Salud de la AEDV. Y es que "la sarna se contagia de persona a persona, por contacto cercano y mantenido de piel con piel", tal como explica la Dra. Galván.

La sarna -añade esta profesional- producida por un ácaro que no invade más allá de la epidermis, no es un germen invasor ni compromete órganos internos, nunca ha sido objeto de especial interés para la investigación.

Sin embargo, añade que esta enfermedad produce una "gran morbilidad con grave alteración de la calidad de vida, puesto que impide el sueño y su rascado mantenido causa efracciones en la piel, que pueden sufrir sobre-infección bacteriana". Por ello, es importante acudir al médico ante cualquier sospecha para recibir un tratamiento temprano.

Antes de nada, es importante derribar algunos de los faltos mitos que rodean a esta enfermedad, tal como asegura el doctor Martínez. Tales como el hecho de que la sarna se asocia a pobres hábitos de higiene. "Las duchas o baños habituales no previenen el contagio ni el lavado habitual de la ropa de personas con sarna tampoco elimina el parásito, ya que habría que hacerlo al menos a 60 grados. Además, pese a haber sido uno de los espacios en los que se puso el foco cuando se informó sobre el aumento de los casos, los probadores de ropa no se consideran una vía de transmisión de la escabiosis", apunta el experto.

Cómo se detecta la sarna

El síntoma principal de esta enfermedad es el picor, que acompaña a una erupción cutánea. Tal como explica esta artículo de la Fundación Piel Sana de la AEDV, "el síntoma inicial y más común de la sarna es la picazón, especialmente por la noche y con frecuencia imposible de controlar. Una erupción inicial de sarna aparece como pápulas pequeñas, rojas o ronchas, picaduras pequeñas o granos. En casos más avanzados, la piel puede presentar costras o descamarse".

Es cierto, no obstante, que "el picor es un síntoma inespecífico, porque hay muchas cosas que producen picor, por ejemplo, la piel seca o incluso el estar nervioso/a", tal como asegura en una entrevista con la Sexta.com la Dra. Galván. También hay que matizar que "el picor de la sarna no lo produce el ácaro en sí, sino que reacción inmunitaria que el organismo tiene ante ese ácaro".

"Desde el momento, en que una persona está contagiada hasta que empieza a notar el picor y lesiones en la piel, pasan aproximadamente tres semanas", explica la experta.

Por ello, es muy importante tener en cuenta que el tratamiento no debe ser nunca individual sino también de todos los contactos estrechos: es importante que la persona avise "a todas las personas con las que haya tenido contacto cercano en el último mes para evitar así la propagación en ese periodo de tres semanas (aproximadamente) en que no hay síntomas", expone.

Cómo se trata la sarna

Tal como han manifestado los expertos en el congreso, "el tratamiento adecuado y precoz constituye el arma más eficaz para curar la enfermedady evitar su transmisión a otras personas". No obstante es cierto que tal como reconoce la Dra. Galván, "están encontrando fracasos terapéuticos ante tratamientos validados, recomendados en las guías y correctamente cumplimentados".

Es por ello que los expertos están cambiando el abordaje de la enfermedad, intensificando las pautas del tratamiento o combinando distintos fármacos, indicados y pautados siempre por el profesional. Sin embargo no sólo se aconseja el tratamiento médico o farmacológico. Aunque no es frecuente, para eliminar la posibilidad de contagio por fómites, también se aconseja la limpieza concomitante de la ropa y superficies con las que el paciente haya estado en contacto en los últimos días.

No obstante y según explica la doctora Galván, "aunque no está demostrada esta vía de contagio, se ha visto que puede haber sarcoptes vivos fuera del humano, si las condiciones de temperatura y humedad son adecuadas, pero también se ha podido comprobar que es difícil infectarse de sarna a través de fómites".

Sin duda -añade la doctora- "el control de los fómites es la parte del tratamiento más incómoda, la que más tiempo y dinero consume y la que más estigma genera. Es necesario investigar para tener más datos sobre su necesidad. De momento, debemos seguir las recomendaciones de las guías clínicas, que sí lo recomiendan".

Y estas guías señalan que para "destruir esos ácaros de los fómites" es necesario tratar toda la ropa de calle, de cama y de baño a 50º, mediante lavado o con una secadora o plancha. "Lo que puede lavarse o no tolera esta temperatura, tenemos la opción de meterlo en el congelador o dejarlo cerrado en una bolsa para que no tenga contacto con humanos durante 3 o 4 días", concluye la experta.