"La terapia me salvó la vida". "Por fin, tomé la decisión y voy a la psicóloga". Cada vez más famosos o 'influencers' se atreven a contar su historia. Cada vez en más grupos de amigos y de amigas se habla de terapias, de cuándo nos toca ir al psicólogo o de si estamos barajando la opción de ir o no. De la importancia que tiene hablar de nuestros miedos. De nuestras inseguridades. De nuestras emociones.
Y hablar de esto es bueno, libera a nivel social, normaliza una situación que hasta hace no mucho tiempo era muy tabú y estaba muy estigmatizada. Todavía hoy, hay quienes faltan el respeto diciendo que necesitas ir al médico o al psicólogo. Falta de conocimiento. O los restos de un pasado que no dejaban mostrarse vulnerable. Que decía que ir al psicólogo era cosa de locos.
Pero lo cierto es que ir a terapia es importante, si lo necesitas. Y no tendría que ser tabú hablar de emociones, de miedos, de angustias, de problemas. Y decirlo, contarlo o compartirlo puede hacerte sentir mejor. Mucho mejor.
Normalizar ir al psicólogo
"Ir al psicólogo ya no es de "locos", como por desgracia se pensaba y se decía antes. Todos pasamos por dificultades y baches en nuestra vida en los que necesitamos la ayuda de un profesional para que nos oriente y de ese modo prevenir que desarrollemos un trastorno mental" afirma la Sexta Cecilia Martín Sánchez y Marina García Fuentes, psicólogas y directoras del Instituto de Psicología Psicode.
Todos pasamos por dificultades y baches en nuestra vida en los que necesitamos la ayuda de un profesional para que nos oriente y de ese modo prevenir que desarrollemos un trastorno mental
Evitar, en definitiva, sufrir o alargar el sufrimiento. Saber controlar y manejar mejor nuestras emociones. "Porque nuestras vidas no son perfectas y todos en algún momento de nuestra vida podemos necesitas la ayuda de un psicólogo", aseguran. Por fortuna, cada vez más, y desde hace no mucho, "se pone en valor, socialmente, el hecho de pedir ayuda cuando la necesitas", comenta Rosana Pereira, psicóloga y directora del centro Haztúa Psicología Positiva.
Y de hecho, es una cuestión social, ya que "en otras sociedades como en Argentina, lo normal es ir al psicólogo, raro es la persona que no tiene un psicólogo/a de cabecera. Allí lo más normal es decir "mi psicóloga me ha dicho..." o "tengo cita con mi terapeuta a tal hora...", indica Pereira.
Así el hecho de que muchas personas conocidas, actores, actrices, cantantes, influencers cuenten su experiencia en redes sociales es muy buena noticia. Y lo es porque "lo cuentan como algo natural y permiten que todas aquellas personas que puedan estar en la misma situación pero que no lo comentan por miedo o vergüenza, puedan sentirse mejor, más liberados y puedan ver o entender que es una situación muy normal", explica Pereira, porque al final "lo que se esconde como un secreto puede acabar haciendo daño: guardar un secreto es un gasto de energía".
Así, el que haya gente que lo cuente permite que saber que nuestra situación es más normal de lo que pensamos. "Aunque en realidad si todo el mundo que va a una psicóloga (porque hay una abrumadora mayoría de mujeres) levantara la cabeza, nos sorprenderíamos muchísimo", afirma Pereira.
Los beneficios de compartirlo
Sí, decir y compartir las cosas que nos pasan, en cierto modo nos libera. En este caso, "decir 'yo voy al psicólogo' no sólo ayuda a quitar el estigma social y a fomentar el cuidado de nuestra salud mental sino que ayuda sobre todo a la persona que tiene el problema", afirman las psicólogas Martín y García.
De hecho -cuentan- ya se produce el cambio tras la primera llamada telefónica para pedir cita. "Desde el momento en que la persona llama hasta que acude a la primera sesión de terapia, ya empieza a producir cambios que ayudan a su mejoría. Empieza a cambiar su actitud ante el problema, se alivia un poco su malestar y su comportamiento también comienza a ser diferente", explican. Y es que le hecho de pedir ayuda "implica aceptar el problema, dejamos de negarlo o de minimizarlo, es el primer paso para resolverlo".
Pero no sólo eso. "El hecho de contarlo y normalizarlo ayuda a normalizar lo que te está pasando porque seguramente lo que te ocurre a ti, también le ocurre a muchas otras personas. También ayuda a aceptar nuestros puntos débiles, nuestros miedos, los fantasmas que arrastramos del pasado. Si lo aceptamos, podremos afrontarlo de un modo más positivo y con más calma, sin tanto miedo", sostienen.
El hecho de contarlo ayuda a normalizar lo que nos está pasando porque seguramente lo que nos ocurre les pase a otros muchos. Implicar también aceptar nuestros puntos débiles, los miedos y los fantasmas del pasado
Es más, en ocasiones -y si se quiere- "contar incluso el proceso terapéutico paso a paso ayuda al cambio y a mejoría. Contar a tus familiares, a tu pareja o a tus amigos lo que vas a aprendiendo en cada sesión ayuda a superar los problemas. En cada sesión de terapia descubres algo más de ti mismo y te llevas alguna pauta o alguna reflexión que te enseñará a conocerte , a conseguir tus objetivos y a comprometerte con el cambio que quieres llevar a cabo", señalan.
Por eso, y en el caso de queramos contarlo (porque no siempre tenemos que contarlo o vamos a querer contarlo) es importante recordar que a veces lo que pensamos que puede ser malo no lo es tanto. Es decir, "la mayoría de la gente no se atreve a contarlo por miedo a las reacciones de los demás, por el que pasará después. Así, debemos saber que hay investigaciones que muestran que el 95% de la veces que anticipamos que algo va a ser negativo para nosotros, luego no lo es. Y no hay más que ir a nuestra propia experiencia vital de las veces que nos hemos puesto en lo peor y no ha ocurrido lo peor" explica Pereira.
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Así, si se cuenta, lo más probable es que nos liberemos, que nos sintamos mejor y que incluso las respuestas de los demás, nos sorprendan para bien", finaliza Pereira, recordando una frase que pronunció no hace mucho: "Al final, todo lo que nos importa en la vida está al otro lado de nuestros miedos".