investigación científica
¿Consumir queso a diario reduce el riesgo de demencia? Esto es lo que dice un estudio
Los detalles Una investigación realizada en Suecia con una muestra de 27.000 personas y publicada en la revista científica 'Neurology', muestra cómo quienes consumían 50 gramos de queso con alto contenido en grasa tenían un riesgo más bajo de padecer demencia.

El queso es para muchos uno de los mayores placeres del mundo y muchas personas en todo el mundo lo consumen a diario. Ahora, una investigación científica realizada en Suecia, con una muestra de más de 27.000 personas y con una edad media de 58 años, señala que las personas que comían, en la década de los 90, cada día más de 50 gramos de queso con alto contenido en grasa tales como cheddar, brie o gouda, tenían un riesgo más bajo de padecer demencia 25 años más tarde que las que consumían menos queso.
El estudio, publicado en la revista científica 'Neurology, muestra además que quienes consumían nata con alto contenido en grasa a diario presentaban menos de riesgo de demencia en comparación con quienes no la ingerían. Ahora bien, es importante tener en cuenta que se trata de un estudio observacional y que por ende, tiene limitaciones.
Tal como afirma a SMC España, Tara Spires-Jones, directora del Centro para el Descubrimiento de las Ciencias del Cerebro de la Universidad de Edimburgo, jefa de grupo en el Instituto de Investigación de la Demencia del Reino Unido y expresidenta de la Asociación Británica de Neurociencia, "este tipo de estudio no puede determinar si esta asociación con la reducción del riesgo de demencia se debió a las diferencias en el consumo de queso".
Esto es, según esta experta, "una de las mayores limitaciones de este estudio es que el consumo de queso se registró a partir de un diario alimenticio y una entrevista realizada en un momento concreto, 25 años antes del análisis del diagnóstico de demencia. Es muy probable que la dieta y otros factores relacionados con el estilo de vida hayan cambiado en esos 25 años".
Así, continúa, "existen pruebas sólidas en todo el campo que indican que una dieta saludable, el ejercicio y las actividades que estimulan la cognición (educación, trabajos y aficiones estimulantes, etc.) pueden aumentar la resistencia del cerebro a las enfermedades que causan demencia". Es decir, "no hay pruebas sólidas de que ningún alimento concreto proteja a las personas de la demencia", concluye en este medio Spires-Jones.
De hecho, y según han explicado varios nutricionistas en esta misma sección de Bienestar, el queso es un lácteo rico en calcio y un alimento que se incluye dentro de una dieta saludable y que, si quremos, podemos tomar a diario (si no hay patologías que lo desaconsejen, como hipertensión, obesidad o problemas cardiovasculares), pero siempre controlando la cantidad y dependiendo del tipo de queso.
"Los quesos más sanos son aquellos que están más compensados o más equilibrados entre proteínas, hidratos de carbono, grasas y sal", tal como explicaba en Estos son los quesos más saludables que podemos tomar a diario para no engordar (y cuidar la salud) la dietista-nutricionista Natalia Moragues.
Por su parte, tal como valora, también en SMC España, Naveed Sattar, catedrático de Medicina Cardiometabólica y médico consultor honorario de la Universidad de Glasgow, acerca de este estudio, "no creo que exista una relación causal, ya que se trata de un estudio observacional y no de un ensayo controlado aleatorio".
"Es importante señalar que las personas que consumían más queso y nata con alto contenido en grasas tenían, en promedio, un mayor nivel educativo. Esto plantea la posibilidad de que exista una confusión residual, por la que otras características 'saludables' asociadas a un mayor nivel educativo, y no el queso o la nata en sí, puedan explicar las menores tasas de demencia observadas".
Esto es, igual que ha afirmado Spires-Jones, "ya conocemos varios factores bien establecidos y probados que reducen el riesgo de demencia, como mantener una presión arterial saludable, controlar el peso y prevenir enfermedades cardíacas o accidentes cerebrovasculares. Estas intervenciones deben seguir siendo la prioridad, dada su sólida base empírica, en lugar de centrarse en asociaciones dietéticas no probadas", concluye el catedrático.
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