Los 'juguetes espías' son interactivos y funcionan a través de una aplicación en el smartphone o en la tablet. Conectados por bluetooth, muñeca o robot, intercambian conversaciones con los niños. Por ejemplo, una muñeca cuenta la vida de Pablo Picasso.

Pero las organizaciones de consumidores denuncian la falta de seguridad de estos juguetes. Afirman que pueden robar datos de los teléfonos y se preocupan por la privacidad de los menores. "Este juguete no tiene un protocolo de protección suficiente que evite que alguien pueda acceder a las conversaciones", cuenta Rubén Sánchez portavoz de Facua.

Algo tan inocente como la pregunta "dime algo sobre tí" que lanza el robot, se puede convertir en un peligro. Los expertos advierten que todo los audios quedarán grabados en la nube. "Es una preocupación de los padres cuando los niños interactúan con el", explica Ángel Luis Sucasas, editor de la revista El País Tecnología.

Cuando se les pregunta algo inapropiado como "¿qué es el porno?", ellos contestan: "Eso no es algo de lo que deberíamos hablar". Aunque aparentemente estén adaptados a contenidos para niños, se ha comprobado que se puede hackear al muñeco. "El hacker puede decidir lo que contestar al niño", cuenta Ángel Luis, editor de la revista El País Tecnología.

En España, las organizaciones de consumidores ya han solicitado medidas para salvaguardar la seguridad de los menores ante unos muñecos que ya están a la venta y en las cartas de los reyes magos. En países como Bélgica u Holanda ya los han retirado del mercado.