PARQUE NACIONAL KATMAI
Naturaleza extrema: Dónde observar a los osos pardos en plena caza de salmones salvajes
La vida salvaje es de lo más espectacular y existen muchos rincones en el mundo en los que se puede apreciar la naturaleza en todo su esplendor. Este es el caso del Parque Nacional Katmai, donde los osos pardos se dan un festín de salmones.

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Los osos pardos son animales espectaculares capaces de hacer converger la ternura con la bravura. Una de sus principales características es su etapa de hibernación, que dura en torno a los seis meses. Después de este tiempo, salen de nuevo a la caza y su afición al salmón fresco es toda una maravilla.
En el Parque Nacional Katmai, al sur de Alaska, hay una zona en la que se puede ver este fenómeno en vivo y en directo. Brooks Falls es una pequeña cascada en la que los peces tratan de nadar a contracorriente, convirtiéndose automáticamente en todo un bufet libre para los osos pardos.
Así, entre junio y octubre, el parque acoge a un gran número de visitantes que llegan con el ánimo de contemplar a los osos en su máximo esplendor. El lugar está preparado para el avistamiento, con pasarelas, cámaras y alojamientos cercanos. Una tendencia turística en Alaska que no deja indiferente a nadie.
Miles de salmones tratan de llegar a su destino para desovar. ¿El impedimento? Los osos pacientemente sentados encima de la cascada o situados bajo ella. Un zarpazo es suficiente para concluir su caza. Aunque a veces ni siquiera eso: con abrir la boca el pez salta directamente sobre ella para convertirse en su manjar.
Durante estos seis meses de actividad, el peso del oso se incrementa hasta en un 50%. A fin de cuentas, deben coger fuerzas para otro medio año de hibernación. De ahí que no pierdan el tiempo y, frente a los ojos de los turistas más curiosos, se pongan las pilas para engordar tanto como les sea posible.
Una estampa única que se ve envuelta por la belleza paisajística de este parque tan increíble. Puede que Alaska no esté precisamente cerca; sin embargo, el show de la naturaleza bien merece la pena el tiempo invertido en llegar.
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