TERUEL

La curiosa leyenda de los Amantes de Teruel: ¿dónde se encuentra su tumba?

Es el momento de conocer una de las leyendas más espectaculares que podemos encontrar en Aragón: la de los Amantes de Teruel.

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No es ningún secreto que la ciudad de Teruel guarda una de las leyendas más conmovedoras de la tradición española: la de Isabel de Segura y Diego de Marcilla, conocidos como los amantes de Teruel. Su historia, transmitida de generación en generación desde el siglo XIII, cuenta con los ingredientes clásicos del amor imposible, la fidelidad y la tragedia. Cabe destacar que, cada año desde 1996, Teruel revive este relato con la recreación medieval deLas Bodas de Isabel de Segura, una representación teatralizada que transforma las calles en un viaje al pasado y mantiene viva la memoria de los dos enamorados.

La leyenda de los Amantes de Teruel

Cuentan que en el siglo XIII vivía en Teruel un acaudalado mercader cuya hija, Isabel de Segura, era conocida por su belleza. En el mercado conoció a Diego de Marcilla, un joven honrado pero sin fortuna. El amor surgió de inmediato entre ambos, aunque el padre de Isabel rechazó el enlace por la pobreza del muchacho. Diego, decidido a ser digno de ella, le pidió que lo esperara cinco años mientras partía en busca de fortuna. Isabel aceptó, prometiendo mantener su palabra.

Durante ese tiempo, Diego participó en las campañas de la Reconquista y logró reunir cien mil sueldos, suficiente para presentarse ante el padre de su amada. Sin embargo, el paso del tiempo y la falta de noticias hicieron que Isabel, presionada por su familia, creyera que su amado había muerto. Para complacer a su padre, accedió finalmente a casarse con un rico pretendiente. El destino, cruel e irónico, quiso que Diego regresara precisamente el día de la boda. Aquella noche, desesperado, logró entrar en la alcoba de los recién casados y despertó a Isabel para pedirle un último beso. Ella, fiel a su nuevo esposo y a las normas de su fe, se negó a concedérselo. Diego, con el corazón roto, cayó muerto ante ella.

Aterrada y llena de remordimiento, Isabel confesó lo ocurrido a su marido, quien reconoció su virtud y la acompañó a trasladar el cuerpo del joven. Sin embargo, el dolor fue más fuerte que la razón. Al día siguiente, Isabel acudió a la iglesia de San Pedro para darle el beso que le había negado en vida. Al hacerlo, cayó muerta junto a él. El pueblo, conmovido, decidió enterrarlos juntos para que su amor pudiera, al fin, descansar en paz.

Amantes de Teruel
Amantes de Teruel | Imagen de Jome, licencia: CC BY-SA 3.0 ES, via Wikimedia Commons

Las tumbas de los Amantes de Teruel

Siglos después, en el año 1533, durante unas obras en la iglesia de San Pedro de Teruel, se hallaron dos cuerpos bajo el suelo de la capilla de los Santos Cosme y Damián. Fascinados por el hallazgo, los vecinos no tardaron en asociarlos con los míticos amantes. Aunque nunca se ha podido demostrar su autenticidad, el descubrimiento reforzó la leyenda y la convirtió en todo un símbolo de la ciudad aragonesa. Es más, la capilla fue rebautizada como la Capilla de los Amantes.

Poco a poco y con el paso del tiempo, el lugar se transformó en uno de los principales atractivos de Teruel. En 1941, ante la gran afluencia de visitantes, las supuestas momias de Isabel y Diego fueron depositadas en dos sarcófagos de alabastro, obra del escultor Juan de Ávalos. En la actualidad, las figuras yacen una junto a la otra, con las manos casi tocándose pero sin llegar a unirse, como símbolo de un amor que ni la muerte logró borrar.

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