COLOMBIA
Museo de Antioquia de Medellín: su origen y por qué es una de las grandes joyas de Colombia
Viajamos hasta Medellín para conocer la historia que esconde su impresionante Museo de Antioquia.

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Es el momento más que perfecto para poner rumbo a la ciudad colombiana de Medellín, donde nos topamos con un gran número de construcciones, monumentos y rincones verdaderamente espectaculares. Un claro ejemplo lo encontramos en el Museo de Antioquia, situado a pocos metros de la estación Parque Berrío y frente a la mítica Plaza Botero. Fue declarado Monumento Nacional en 1995 y, entre sus muros, encontramos una historia tan rica como las colecciones que alberga.
Museo de Antioquia de Medellín, a través de su historia
Su origen se remonta a 1872, cuando un grupo de intelectuales, entre ellos el doctor Manuel Uribe Ángel, Antonio José Restrepo y el coronel Martín Gómez, decidieron fundar el Museo de Zea en honor a Francisco Antonio Zea. Uno de sus objetivos principales era integrarlo a la biblioteca del Estado Soberano de Antioquia y consolidarlo como símbolo de los intereses educativos y culturales de la época.
Las primeras colecciones estuvieron formadas por objetos de valor histórico, artístico y bibliográfico, y muchos de ellos fueron donados por los propios fundadores. De hecho, el propio Uribe Ángel cedió su acervo personal con la condición de ser el primer director del museo. Inspirado en los antiguos “Gabinetes”, el museo ofrecía al público un espacio para la curiosidad, el conocimiento y la investigación, convirtiéndose en un pilar del desarrollo artístico en Antioquia.

Entre su patrimonio destacaban documentos, armas, banderas, piezas precolombinas, retratos de próceres y una biblioteca con miles de volúmenes históricos y científicos. A pesar de todo, lo cierto es que su historia no estuvo exenta de transformaciones. Con la reforma constitucional que se llevó a cabo en el año 1886, el museo continuó dependiendo de la administración departamental. Por si fuera poco, años más tarde, cuando se construyó el Palacio Rafael Uribe Uribe, parte de su colección fue distribuida entre la Universidad de Antioquia y la Academia de Historia de Antioquia.
El renacer de la institución llegó en el año 1946 gracias a la gestión de Teresa Santamaría de González y Joaquín Jaramillo Sierra, de la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín. Fueron ellos los que impulsaron su reapertura bajo una figura jurídica autónoma, para garantizar su independencia de los gobiernos de turno. En 1955, el museo obtuvo su primera sede exclusiva en el edificio donde antes funcionaron la Fábrica de Aguardiente y la Casa de la Moneda, cedido por el Banco de la República. Dos años antes, en 1953, había recibido su personería jurídica, consolidándose como entidad autónoma.

En 1977 cambió su nombre a Museo de Arte de Medellín Francisco Antonio Zea pero, al año siguiente, tras la primera oferta de donación del maestro Fernando Botero, se adoptó definitivamente el nombre de Museo de Antioquia, en honor a su identidad regional. En 1997 se inició un proceso de renovación que incluyó la búsqueda de una nueva sede capaz de albergar la valiosa donación de Botero.
Finalmente, se eligió el antiguo Palacio Municipal, integrando el proyecto de recuperación del sector de La Veracruz y la creación de la Plaza Botero. En la actualidad, esta construcción, así como la zona en la que está situada, es una de las más visitadas por todo aquel que decide poner rumbo a Medellín para dejarse llevar por su encanto y su belleza. Por lo tanto, estamos ante un imprescindible de esta impresionante ciudad colombiana.
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