MILÁN

Castillo Sforzesco: ¿Sabías que Leonardo da Vinci pintó varios frescos en su interior?

Viajamos hasta Milán para conocer la sorprendente historia que esconde una de las construcciones más visitadas, el Castillo Sforzesco.

Picone Fabio | CC BY-SA 4.0

Castillo Sforzesco, en MilánImagen de Picone Fabio en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 4.0

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Es el momento más que perfecto para poner rumbo a una de las ciudades italianas que más visitantes recibe año tras año. Estamos hablando, cómo no, de Milán. Se trata de un lugar único, en el que encontramos grandes construcciones, monumentos y diversos rincones de ensueño.

Un claro ejemplo lo encontramos, precisamente, en el conocido como Castillo Sforzesco. Se trata de una fortaleza que está situada en el casco antiguo de la ciudad italiana y, en la actualidad, alberga un museo de arte. La construcción original data del siglo XIV y Francisco Sforza procedió a su reconstrucción en 1450. Además, se realizaron modificaciones con posterioridad.

El Castillo Sforzesco, a través de su historia

La construcción original de esta fortaleza nos hace viajar al año 1358, cuando la familia Visconti, según deseos de Galeazzo II, se encargó de erigirla. Antiguamente, este Castillo era conocido como “Castillo de la Porta Giova”, precisamente por el nombre que recibía una puerta cercana.

Torre del Castillo de Sforzesco, Milán
Torre del Castillo de Sforzesco, Milán | Imagen de Paolo Giuseppe Borroni en Wikipedia, liciencia: CC BY-SA 4.0

Las obras terminaron prácticamente una década más tarde, convirtiéndose en nada más y nada menos que un castillo de planta cuadrada, con cuatro torres en las esquinas y unas imponentes paredes de aproximadamente 7 metros de espesor. Galeazzo II murió en 1378 y, de sus hijos, el que le sucedió en el trono fue Gian Galeazzo.

Pronto se volvió un hombre ambicioso, por lo que decidió crear numerosas obras arquitectónicas que, hoy en día, son un gran atractivo turístico en Milán. Estamos hablando de la Catedral de Milán, la Certosa di Pavia y, como no podía ser de otra manera, la ampliación de la entonces conocida como fortaleza de Porta Giovia.

Esto hizo posible que esta construcción se convirtiese en nada más y nada menos que la residencia principal de la familia Visconti, hasta el año 1447. Por aquel entonces, quedó prácticamente destruida como consecuencia de la República Ambrosiana Dorada.

En el año 1450, Francisco I Sforza fue quien logró vencer a los republicanos y fue él, por ende, quien procedió a reconstruir la fortaleza para, posteriormente, convertirla en su residencia. Tan solo un par de años después, quiso contratar al arquitecto Filarete para que diseñase y decorase la torre central, que lleva su nombre.

Tras la muerte de Francisco I Sforza, las obras fueron continuadas por Galeazzo Maria, su hijo, junto al reconocido arquitecto Benedetto Ferrini. No fue hasta el año 1476, coincidiendo con la etapa de la regencia de Bona de Saboya, que se optó por construir una torre con su nombre.

Fachada del castillo de Sforzesco, en Milán
Fachada del castillo de Sforzesco, en Milán | Imagen de Marco Bonavoglia en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 3.0

Ludovico Sforza, en 1494 y señor de Milán, decidió ponerse en contacto con numerosos artistas para decorar este Castillo. Entre ellos, Leonardo da Vinci que pintó diversos frescos en varias habitaciones, junto a Bernardino Butinone y Bernardino Zenale. Lo mismo ocurrió con Donato Bramante.

Como consecuencia de la victoria de los franceses en la Batalla de Marignano en el año 1515, Maximiliano Sforza tuvo que retirarse en esta fortaleza. El rey Francisco I de Francia se mantuvo en Milán, mientras que sus soldados colocaron diversas minas bajo los cimientos de esta construcción. A los defensores no les quedó otra opción que rendirse.

En el año 1521, mientras era utilizada como depósito de armas, explotó la Torre del Filarete. Recuperado el poder por Francisco II Sforza, restauró el Castillo y lo adaptó como residencia para Cristina de Dinamarca, su mujer. En 1535, pasó a manos españolas, en las que estuvo hasta mediados de marzo de 1707 que fue entregado a las tropas imperiales como consecuencia de su triunfo en el sitio de Turín en la histórica Guerra de sucesión española. ¡Muy curioso!

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