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Algunos pueblos suizos para los amantes de los relojes

Que para hablar de maestría relojera hay que hablar de Suiza lo sabemos, es así desde principios del S.XVII, pero ¿sabías que hay mundo relojero en Suiza más allá de Ginebra?

Algunos pueblos suizos para los amantes de los relojes

Algunos pueblos suizos para los amantes de los relojesPixabay

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Aunque podríamos decir que Ginebra es la capital mundial de la relojería (porque fue allí donde en 1601 se fundaba el gremio de relojeros de Ginebra que sería el embrión de la industria relojera suiza tal y como la conocemos hoy), lo cierto es que no es esta ciudad el único lugar suizo ligado a la relojería, hay más, el más popular de todos ellos es el Valle de Joux, tan unido al mundo relojero que es popularmente conocido como el valle de los relojes; son varias las localidades cuya historia está íntimamente ligada a la relojería suiza en ese valle.

Pero vayamos al lío, ¿cuáles son las localidades, más allá de Ginebra, cuyo nombre suena a reloj suizo?

Empezamos por Le Brassus, una localidad del Valle del Joux en la que tiene su manufactura una de las firmas relojeras más notables del mundo, Audemars Piguet; muy cerca, sin salir de hecho del famoso valle de los relojes, llegamos a Le Sentier, donde está manufactura de Jaeger LeCoultre y la de Blancpain. También muy cerca de Le Brassus está la manufactura de Breguet, concretamente en Le Chenit.

Bienne
Bienne | Pixabay

La zona de Le Locle es tan relojera como el valle del Joux, allí tienen sus manufacturas firmas como Tissot, Zenith o Ulysse Nardin.

¿Otros lugares relojeros en Suiza? En Schaffhausen está la sede de IWC y en La Chau-de-Fonds la de TAG Heuer; Rolex tiene su sede principal en Ginebra pero cuenta con otras sedes: también están en Bienne, localidad por cierto donde Omega o Swatch tienen su sede principal y que se considera es la puerta al valle de los relojes (el de Joux), y en Chêne-bourg.

¿Y cómo son los pueblos relojeros? Lo cierto es que si bien la relojería los une, son bien diferentes, algunos son pueblos relojeros por ubicación (los cercanos a Ginebra, por ejemplo) y otros casi por casualidad, ahora bien, lo cierto es que todos ellos, aunque sólo sea por su historia relojera, merecen una visita.

El Valle del Joux y sus pueblos relojeros son una fantástica visita de invierno para quienes, además, gozan de los deportes de invierno, en esta zona hay un lago que se hiela y sobre el que se puede patinar y cuenta además con varias estaciones de esquí; Le Locle es un pueblo precioso e histórico, tanto que es Patrimonio Mundial de la UNESCO, honor que comparte con Le Chaux-de-Fonds.

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