CON ANÁLISIS DE LA RETINA
Un escáner ocular basado en IA puede predecir el riesgo de enfermedades cardiovasculares
Gracias al aprendizaje de esta IA es posible detectar síntomas cruzando datos obtenidos en un estudio británico.
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Que la tecnología es algo que puede ayudarnos a vivir de una manera más cómoda y también por qué no decirlo, longeva, es algo evidente. Y no hablamos de la evidente tecnología dentro de los dispositivos médicos que nos hacen pruebas a diario o de muchos de nuestros wearables. Sino de lo que puede ayudarnos el software en forma de inteligencia artificial o de redes neuronales. Eso es precisamente de lo que hablamos ahora que hemos conocido un nuevo estudio que ha utilizado un software basado en IA que es capaz de hacer descubrimientos sorprendentes a partir del análisis de nuestros ojos y su periferia.
Nueva investigación
Esta se ha desarrollado en Inglaterra, por académicos de la Universidad St George´s de Londres. Se trata del mayor estudio de la retina realizado hasta ahora, y ha comprendido el estudio de más de 70.000 personas que han formado dos conjuntos de datos biométricos. Estos son el Biobanco del Reino Unido y la Investigación Prospectiva Europea sobre el Cáncer en Norfolk, cuyos datos han sido utilizados para el aprendizaje de esta inteligencia artificial denominada QUARTZ.
Este es un sistema basado en IA y que analiza la topología de los vasos retinianos. De momento en estas pruebas se ha limitado el análisis a validar modelos de la etnia blanca. En el estudio se han contrastado tanto las imágenes captadas de los globos oculares como de los historiales médicos de los participantes en el estudio. El cruce de esos datos ha sido el que ha permitido a esta IA conformarse un criterio válido para poder apreciar determinados patrones que nos puedan avisar o avanzar alguna dolencia grave.
La IA ha podido relacionar de esta manera determinada información recopilada de los globos oculares para detectar posible dolencias de enfermedades coronarias, como por ejemplo un ataque al corazón, infartos de miocardio o accidentes cerebrovasculares. El resultado es que, a partir de una imagen de la retina del paciente, la IA puede predecir si este podría sufrir en el futuro inmediato alguno de estos problemas coronarios. Eso lógicamente es solo el comienzo de esta tecnología, que se irá completando con mayores estudios que abarquen a otros estratos de la población con características físicas particulares.
Los primeros resultados son alentadores desde luego, ya que este sistema QUARTZ ha sido comparado con el Framingham Risk Score, otro algoritmo que se utiliza también para poder predecir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Y los resultados de esta nueva alternativa han sido tan buenos o mejores que los de este algoritmo, por lo que parece que este crece en la dirección correcta.
Las grandes ventajas de esta tecnología son sin duda su bajo coste, la absoluta automatización del proceso, que no es invasiva y que en resumidas cuentas puede llegar fácilmente a la gran mayoría de la población por todo lo antes mencionado. Así que sin duda estamos ante una gran ayuda para luchar contra las enfermedades cardiovasculares, sobre todo en la fase de prevención. Eso sí, de momento no es algo que vayamos a disfrutar de un día para otro, porque llevará años implementarlo masivamente, tanto a nivel técnico como burocrático.
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