ACTIVIDAD FÍSICA

¿Haces ejercicio pero no consigues bajar de peso? Estos serían los motivos

Hacer ejercicio no engorda por sí mismo, pero hay varios factores que pueden provocar que la pérdida de peso no sea tan rápida como se espera.

Mujer en el gimnasio

Mujer en el gimnasioFreepik

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Muchas personas comienzan a hacer deporte con la idea de que van a perder peso. Sin embargo, a veces ocurre lo contrario: se puede incluso aumentar de peso pese a entrenar. Eso es lo que explica un reciente artículo en el medio The Conversation.

En primer lugar, puede parecer paradójico, pero el ejercicio puede llevar a moverse menos durante el resto del día. Cuando alguien da todo en el gimnasio, a veces siente que ya ha cumplido y su actividad cotidiana disminuye: menos caminatas, menos desplazamientos a pie, más tiempo sentado. Esa merma de movimiento diario puede contrarrestar el gasto calórico esperado de la rutina de entrenamiento.

Por otro lado, el deporte abre el apetito. Y aunque esto es normal, ya que el músculo necesita energía para crecer y repararse, lo que sucede es que muchas personas comen más de lo necesario. Esa "compensación" alimentaria puede acabar sumando calorías de más y hacer que, sin darnos cuenta, estemos en superávit calórico, aumentando así de peso.

Mujer cansada en el gimnasio
Mujer cansada en el gimnasio | Freepik

También hay otro mecanismo interno interesante: el cuerpo puede adaptarse al nuevo nivel de actividad. El cerebro interpreta que necesita más energía, y a largo plazo el metabolismo puede reducir el gasto para "ahorrar" calorías. Esto es un mecanismo de supervivencia del organismo que juega en contra cuando el objetivo es adelgazar.

Y, por supuesto, está el aumento de masa muscular. Cuando se practica ejercicio de fuerza, los músculos crecen y eso tiene un impacto numérico en la báscula. Pero esto no es algo malo. Más músculo significa un metabolismo más activo en reposo, mejor uso de la glucosa, y en general mejores condiciones metabólicas.

La clave, como destaca el artículo, es comprender que hacer ejercicio no está reñido con subir alguna talla o ver que el número de kilos aumenta ligeramente.

Entonces, ¿qué hacer si estás entrenando y ves que no bajas de peso o que incluso subes? Primero, ser consciente de tu nivel de actividad durante el resto del día: caminar, mantenerse activo fuera del gimnasio. Segundo, vigilar el apetito inducido por el ejercicio: satisfacerlo con nutrición de calidad sin caer en excesos. Y tercero, valorar otros indicadores más allá de la báscula: medidas de cintura, fuerza, bienestar, composición corporal. El músculo importa, y sí, puede hacer que subas en kilos, pero a cambio estarás en mejor forma.

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