El miedo a las arañas, a los reptiles o a la oscuridad suelen ser algunas de las fobias más comunes, pero también existen otras mucho más raras. Un ejemplo es la somnifobia, el miedo a dormir o a no despertar nunca cuando estás durmiendo, y que puede surgir tras haber tenido malas experiencias con el sueño.
Otra de las más extrañas es la efebifobia o miedo a los adolescentes o a las personas jóvenes y viene de "pensar que son rebeldes y que en cualquier momento te la pueden liar", comenta María Gómez.
La eufobia es el miedo a la felicidad, de manera que "la gente que la sufre, cuando tiene un momento de felicidad, piensa que el karma les va a castigar con algo malo", comenta Iñaki Urrutia. Mientras que la vestifobia o miedo a la ropa y a estar vestido puede venir de "un trauma con una alergia a algún tipo de tejido", apunta Quique Peinado.
Salud en Zapeando
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Como indica la farmacéutica, este tratamiento se debe llevar a cabo de manera ambulatoria y necesita anestesia. Además, su recuperación es muy compleja y puede durar hasta tres meses.