Miki Nadal apunta que si hay algo que gusta de Eurovisión es ver a "los frikis que van a trolear a toda Europa", como fue el caso de Rodolfo Chikilicuatre. Este año, asegura que los hubo de todos los "tamaños, colores y formas posibles".

Desde los croatas, que vestían de marineros con bigote en calzoncillos, hasta las checas, que daban latigazos con sus kilométricas trenzas, pasando por el vestido gigante de la representante francesa. Estos son algunos de los ejemplos de las actuaciones más extravagantes de la final.

"¿Estamos seguros de que estos países mandan a esta gente a participar en el festival de Eurovisión?, se pregunta María Gómez. Pero estos no fueron los únicos, pues alguno también se "coló" dando las puntuaciones de los jurados profesionales, añade Miki Nadal, pues el encargado de Islandia de anunciar quién recibía sus 12 puntos parecía "salido de una peli de terror de serie Z", expone.