La cocina clandestina supone varios riesgos que, normalmente, ni el que vende la comida ni el que la come conocen. Miguel Ángel Lurueña, tecnólogo de los alimentos, muestra en este vídeo a Alberto Chicote todos los riesgos que podemos encontrarnos al comprar "la idea romántica de la alimentación" pagando por comida que se hace en casa, sin ningún control sanitario.

Al abrir el frigorífico ven comida sin tapar: "Así, el pollo puede contaminar a la lechuga", por ejemplo. "Los patógenos que están presentes en los alimentos crudos contaminan el resto de alimentos", explica Lurueña.

Pero este no es el único requisito que no suelen cumplir: una ventana abierta, sartenes muy usadas o una tabla de madera son otros que no suelen cumplirse en casa.