"De los que están emitidos guardo muy buen recuerdo de muchos. Del primero, La Tana, porque fue el primero y lo pasé muy mal. Yo tengo experiencia como cocinero pero no había hecho televisión de este modo. Cuando nos ponemos a trabajar y al primer día Alfredo se quita el micro y me dice 'ahí te quedas'. Pensé, lo he dejado todo para hacer esto y el primer personaje que grabas se te va calle abajo dije, la he liado".

"También guardo un recuerdo maravilloso de los chicos del Katay, porque es de esa gente que los terminas queriendo como si fuesen tus hijos, porque es gente encantadora", explica Chicote.

Sobre los restaurantes en los que más miedo o tensión podría haber pasado, el chef de ‘Pesadilla en la cocina’ asegura que, "cuando se provoca mucha tensión, una cocina es un espacio muy tensionado de modo inherente, puede ocurrir de todo. Por ejemplo, en La Reina del Arenal, Estrella era una mujer de armas tomar y casi las toma, le faltó poquito".

"Cuando un restaurante llama a 'Pesadilla' eres su último recurso. Preguntaron antes a la familia, a los vecinos, a los proveedores, a los bares cercanos, y el último eres tú. Entonces, cuando le dices lo que de verdad ocurre en su negocio, empiezan a surgir las tensiones. Siempre pasa igual. Llegas a un restaurante y te presentas. Cuando preguntas qué pasa realmente, todo el mundo te lo dice, la pregunta es: ¿Si lo sabes por qué no lo solucionas? Porque no es eso lo que ocurre, ocurren otras muchas cosas que no sabes ver".

El cocinero suele llegar a restaurantes al borde de la quiebra, la mayoría de las veces mal gestionados y con graves negligencias sanitarias. Así lo explica Chicote: "Muchas veces te dicen, el aceite de la freidora lo limpiamos cada mes. Quien opina que eso es una práctica que está bien, pues entonces te lo dicen".