Lola cuenta que la casa a la que llega no es la suya porque esa la perdió, se la quitó el banco. Sin embargo, asegura que "ahora mismo viviría debajo de un puente" con tal de estar con sus hijos.

María Dolores Sánchez aceptó el encargo de mula, nombre que se le da a la gente que transporta droga, para poder pagar su hipoteca de la casa que a la postre que ha perdido. Sin embargo, Lola prefiere hablar de bienes inmateriales. "Lo primero que he hecho al llegar a Valencia ha sido mirar el mar y respirar aire. La verdad que me tienen entre algodones. No paran de darme de comer todo el día, todo lo que deseo".

Está feliz y se le nota, cualquier pequeño le detalle le parece una divertida novedad. "Anoche cuando me tumbé en la cama, hasta me mareaba y todo de lo que votaba", explica sonriendo.

Las condiciones en Palmasola eran infrahumanas, tal y como mostró el programa de ‘Encarcelados’. “Yo tenía que dormir en un cartón en el suelo con una manta. Había alguna ducha, pero eran duchas compartidas entre 40 ó 50 mujeres”.

Lola se enteró de que le habían dado el indulto porque ese día estuvo allí el jefe departamental y "el show mediático también fue grande. Yo era la primera indultada".

"Ahora mismo lo que más me preocupa es salir adelante porque tengo que entrar en cirugía, tendré que hacerme quimioterapia y el coste de los medicamentos va a ser alto", explica Lola.

Iñaki López deja los últimos minutos de la entrevista a su protagonista para que diga lo que desea, agradezca y reivindique sus inquietudes.  "Quiero dar las gracias a laSexta, pero en especial a Jalis y a Elena que son los que me dieron la oportunidad de estar aquí. Han sido personas geniales y gracias a ellos y a todos los que han firmado para pedir mi libertad. Quisiera hacer un llamamiento para que por favor nos ayuden, porque allá en Bolivia se planteó la expulsión de los extranjeros y eso es lo que yo quisiera. Hay gente enferma como yo allí que no tiene como salir", termina diciendo María Dolores Sánchez.