Pepe, un hombre jubilado que trabajó como camarero durante 50 años, quiso hablar "claro" de su profesión: "Nunca me ha gustado, ni me gusta, y he sido una persona muy feliz trabajando en el gremio", confesó Pepe.
Así, el hombre contó que "en la Escuela de Hostelería hay una máxima", que no sabe si "existe ya o la han quitado, que dice no sirve el que vale, sino que vale el que sirve". "Se pueden hacer varias lecturas, pero voy a hacer una especial: servir es un trabajo, y se sirve de camarero, de empresario, de deportista... La hostelería es muy dura por muchas cosas, como los horarios, pero cuando se le coge el gusto, es bella, preciosa", manifestó.