Los 27 exconsejeros de Caja Madridimputados por el escándalo de las tarjetas 'black' han desfilado esta semana ante el juez. Entre esos 27 imputados llegaron a gastar con sus tarjetas negras más de 4 millones de euros. Pero, ¿en concepto de qué?

Ante el juez Andreu no han sido capaces de coincidir en sus justificaciones. La mayoría dice que eran parte de su sueldo; otros, que se trataba de gastos de representación. En lo que sí coinciden todos es en señalar a Miguel Blesa.

Pedro Bedia, consejero de Caja Madrid a propuesta de CCOO durante 8 años, es uno de los que se han mostrado más contudentes a la hora de culpar a Blesa. Se gastó 78.200 euros con su tarjeta 'black'.

Asegura que, en tiempos de Blesa, incluso solían llamarle de Caja Madrid para que gastara más con su tarjeta 'opaca'. Bedia es uno de los que dijo ante el juez que la tarjeta 'black' formaba parte de su sueldo.

Como él, se aferran a la tesis de la retribución la mayoría de imputados que tienen en su 'currículum black' gastos poco justificables. Es el caso de José Antonio Moral Santín.

El exvicepresidente de la entidad a propuesta de Izquierda Unida gastó más que nadie: 456.000 euros. De ese dinero, sacó directamente del cajero 367.000 euros. Para él, su tarjeta negra también formaba parte del sueldo y, por tanto, no tenía que dar explicaciones.

A esa misma teoría se apunta Miguel Ángel Araujo. Fue miembro de la Comisión de Control de Caja Madrid a propuesta del PP durante 9 años. En ese tiempo se gastó 212.000 euros en muebles de cocina o bares de copas, difícil encaje con sus responsabilidades en la caja.

La defensa de todos ellos tiene dos contradicciones. Si formaba parte de sus sueldos, ¿por qué algunos no gastaron todo lo que podían? ¿Renunciaron a parte de su supuesto sueldo? La teoría de: 'Mi tarjeta forma parte de mi sueldo' aún tiene un segundo punto débil. ¿Por qué no lo tributaban como tal?

La mayoría dice que creían que Caja Madrid ya tributaba por ellos. María Enedina Álvarez fue consejera a propuesta del PSOE. Se gastó, en dos años, 47.000 euros. Al juez le ha dicho que había un pacto entre la Caja y Hacienda por el cual no tributaban, un pacto  oculto que les libraba de pagar impuestos.