En los años 40 España acababa de vivir una guerra, había escasez y hambre, así que los españoles no se decidían a aumentar la familia.

Para animar la situación, Franco lo convirtió en una cuestión de Estado, daría premios a los patriotas más fértiles. Los ganadores tenían decenas de hijos y su aportación a la patria merecía el saludo del dictador.

En 1944 de cada 1.000 habitantes, 23 eran recién nacidos. A principios del siglo XXI la cifra había caído a menos de la mitad y ha seguido bajando, hoy las españolas tienen, de media, poco más de un hijo.

Desde 2015, hay menos bautizos y muchos más entierros. España está envejeciendo mientras los españoles viven más que nunca. Muchos mayores viven esta realidad como una oportunidad, son los 'viejennials', la nueva tribu.

La soledad es un duro problema al que hacen frente día a día muchos de nuestros mayores. En total, son casi dos millones las personas mayores que viven solas. El Congreso quiere hacer frente a esta realidad y ha impulsado una proposición para concienciar. Un equipo de laSexta Columna habla con Norma, que cuenta que aunque su familia va a verla, se está acostumbrando a la soledad y ha habla sola.

Además, los abuelos son para muchas familias el principal sustento económico y un claro pilar que ayuda a la conciliación en estos tiempos acelerados en los que vivimos. Los más mayores de las familias son quienes, en muchos casos, se hacen cargo de llevar y recoger a los niños del colegios, darles la merienda... Es el caso de Jesús y María Luisa, que se hacen cargo de su nieto Bruno cuando sus padres no pueden.

Un grupo de ancianos de una residencia de Madrid se ha convertido en todo un ejemplo a seguir. Acompañados de sus familiares, se han puesto en pie de guerra para exigir mejoras laborales para los empleados de su residencia. Denuncian que sólo una enfermera no es suficiente y que precisamente la falta de personal hace que los contratados tengan que hacer frente a una situación más que precaria.

A pesar del paso del tiempo, los 'viejennials' tienen muy claro que ellos no son viejos. Son mayores y son conscientes de ello, pero no piensan parar que nadie les pare y mucho menos un prejuicio. Un equipo de laSexta Columna les somete a un juego de (no tan) niños.

Lejos queda ya esa visión de los mayores con el garrote, los ancianos del siglo XXI son siete veces más fuertes que tú. No paran y tienen ganas de seguir en marcha. Son abuelos imparables que han demostrado su gran capacidad de lucha y de resistencia.