Alrededor del 85% del territorio español es cinegético, es decir, terreno de caza. Además, el nuestro es el país europeo con mayor número de licencias, solo por detrás de Francia, con unas 700.000. Y es que históricamente España es un enorme coto de caza, una práctica que durante siglos ha estado relacionada con el poder. "En España había unas leyes injustas, que solo podía cazar el señorito, el capataz y el terrateniente" afirma al respecto el cazador Antonio Gallardo, que afirma que "eso ya ha cambiado".

Sin embargo, ese elitismo, sumado al culto al trofeo, no ayuda a convencer a los más críticos con la caza. No obstante, la bióloga Odile Rodríguez de la Fuente apunta que "el valor de la caza es mucho mayor y mucho más complejo que el titular de 'lo bueno' y 'lo malo'". "Tenemos que realmente entender la caza mucho más allá de matar a los animales, cosa con la que yo no sintonizo", añade.

En este sentido, Gallardo se considera ecologista pese a matar animales. Defiende que controla poblaciones y que la caza es "la actividad más regulada que existe". "No se caza cualquier cosa", insiste. Él empezó a cazar al cumplir la mayoría de edad y defiende que su actividad es positiva para el mundo animal y pone como ejemplo lo que ocurriría si no se cazaran jabalíes o conejos en España.

Por su parte, De la Fuente defiende que "donde no hay depredadores es importante la presencia de la caza para regular poblaciones que de otra manera se irían de madre". Sin embargo, desde WWF Laura Moreno defiende "apostar por conservar esas otras especies que hemos ido quitando", como el lobo u otros grandes carnívoros que inicialmente controlaban esas especies, así como velar por unas prácticas cinegéticas adecuadas y sostenibles y con unos buenos planes técnicos de caza.

Para Gallardo, por otra parte, "la caza no es solo la mera acción de salir al campo, atrapar o dar muerte a una pieza" sino que ese animal debe acabar en la mesa para dar "sentido a su muerte". Además, contrapone los animales que él caza en la naturaleza con los que se compran en el supermercado y han vivido en explotaciones intensivas.

"Para mí no hay parangón con un urbanita que compra en un supermercado carne que viene de la otra punta y que ha sido producida de forma intensiva, que conlleva muchísimo sufrimiento animal", coincide por su parte De La Fuente.

Ahuyentar al lobo o cazarlo, el debate que enfrenta a ganaderos y ecologistas

laSexta Columna también ha analizado cómo algunos ganaderos, como Fernando, emplean mastines para proteger a sus animales. Él está en contra de que se mate al lobo ibérico, pero otros profesionales de su sector no entienden que se prohíba su caza. Puedes escuchar sus testimonios en este vídeo: